Tras una larga jornada en la que se imposibilitó la designación de la sexta persona para completar la lista de los Postulados para el cargo a Fiscal General, esta mañana nuevamente la Comisión Postuladora reinicia las votaciones con la figura de Consuelo Porras como centro de atención. De manera abierta y también mediante conversaciones realizadas a la vista de los presentes con quienes votan en contra, la presidenta de la Comisión, Silvia Patricia Valdés, el Secretario de la Comisión y Decano de la Universidad San Pablo, los dos representantes del Colegio de Abogados y el Decano de la Universidad del Istmo, del Opus Dei, han cabildeado para forzar a la inclusión de Porras sin que, hasta el momento, hayan tenido éxito en sus gestiones.

Por mandato legal la Comisión tiene que entregar una lista de seis aspirantes y al momento no logran acuerdo para conformarla. Ocho comisionados votan persistentemente por Porras y siete lo hacen en contra de su inclusión, pero ninguno de los otros aspirantes logra los votos necesarios y de esa cuenta la lista inconclusa se mantiene. Hubo una aspirante a quien únicamente le faltaba un voto, pero viendo el riesgo que representaba que ella pudiera lograrlo, se le retiraron varios apoyos para dejar claro que si no es Porras no hay lista.

Es un caso sin precedente que colocaría a la Fiscalía General en la misma situación de los magistrados de Salas de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia, a quienes el Congreso no ha logrado sustituir. Con la Fiscal General Porras ella no puede continuar en el cargo, pero se quedaría desempeñando la función la persona que ella ya designó para sustituirla en caso de cualquier ausencia puesto que la Presidencia no puede designar a nadie si no es parte del listado completo, de seis aspirantes, enviado por la Comisión de Postulación.

O sea que a la anomalía de un sistema de justicia que prolongó sus funciones hasta que San Juan baje el dedo o que suceda un milagro, se agregará ahora la del ente encargado de la persecución penal bajo la dirección de alguien que no ha sido nombrado para el cargo de manera formal.

Falta ver si en el lapso del receso se produjeron contactos secretos que puedan cambiar la postura de alguno o algunos de los comisionados y si de alguna manera se puede romper el estancamiento, ya sea eligiendo a Porras o a alguno de los otros aspirantes, pero las definidas posiciones actuales obligan a pensar en nuevas e infructuosas rondas de votación.

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