La Unión Europea también se pronunció sobre la situación de Guatemala. Foto La Hora/AFP

Las críticas desde el exterior por el rumbo que se ha dado a la justicia en Guatemala han provocado las ya conocidas reacciones presidenciales de rechazo y se vieron alentadas por la enérgica condena del CACIF y la Cámara de Industria al Embajador de Estados Unidos, William Popp, por haberse hecho presente en la audiencia de antejuicio contra la jueza Erika Aifán. El mensaje subliminal ha sido que siendo Joe Biden un “chairo” es natural que esté entre los que cuestionan el avance de la corrupción y la impunidad en el país, tanto así que hasta se gestionó con Taiwán un aporte (¿soborno a cambio de qué?) para hacer cabildeo para fortalecer el apoyo de los trumpistas y el desafío a la Casa Blanca.

Pero lo que no esperaban es que ahora, cuando el mundo está empezando a mostrar que puede aplicar sanciones económicas a ciertos oligarcas corruptos, como ocurre con los rusos, la Unión Europea de manera formal y muy clara hiciera ver también su profunda preocupación por el rumbo que se ha dado al Sistema de Justicia en Guatemala, a fin de ponerlo al servicio de la corrupción para que no sólo ignore por completo cualquier investigación sobre ese tema, sino para garantizar la más absoluta impunidad a los que se dedican persistentemente al saqueo de los fondos públicos, lo que empobrece a la población e incrementa el flujo migratorio que, tristemente, separa a familias pero conviene a la “economía nacional” que se sostiene y lucra gracias a las remesas que los compatriotas envían puntualmente mes a mes.

Siendo el nuestro un país polarizado ideológicamente y con mayoría conservadora, se ha sostenido mañosamente la tesis de que los que hablan de la corrupción son izquierdistas y poco les importa que en esa línea de razonamiento terminen colocando a todos los conservadores como corruptos, cosa que obviamente es tan falaz como el otro criterio que se usa simple y sencillamente con fines de propaganda y confrontación.

Desde afuera las cosas se ven con suficiente claridad y no es únicamente el gobierno demócrata de Estados Unidos el que muestra su preocupación sino la amalgama de gobiernos de variadas ideologías que hay en la Unión Europea, quienes entienden el terrible curso que se le está dando al país y lo hacen justo cuando, como consecuencia de las acciones de Rusia, han demostrado que pueden ser muy exigentes no sólo frente a gobiernos corruptos sino con sus socios oligárquicos que se enriquecen a manos llenas, confirmando que Guatemala ha sido puesta bajo la lupa por los excesos de quienes actúan como si fueran dueños del país.

Redacción La Hora

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