Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Las declaraciones de Brian Nichols el día jueves preocuparon y mucho al CACIF al punto que dieron un giro de 180 grados en torno a su posición pública con Consuelo Porras, fiscal general del Ministerio Público (MP).

Y no es para menos tras ver lo que ha pasado con las sanciones a los rusos. En Guatemala no solo Estados Unidos está observando, también lo hacen los países del viejo continente y la unión europea que no pueden ocultar la enorme preocupación de lo que pasa en el país.

Algunos en el sector privado organizado han apostado por aliarse con Alejandro Giammattei, pero el Presidente ha sacado ventaja de la “alianza”, sentando las bases para que su Centro de Gobierno pueda operar al mejor estilo de Rosario Murillo en Nicaragua.

Tranquilidad en todo lo referente al MP y cortes es la contraprestación que ofrece Giammattei (controla la Corte de Constitucionalidad (CC) por medio de Leyla Lemus, el MP ahora con Porras y su relación con Silvia Patricia Valdés en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) completa el círculo), pero pide que no se le hagan olas.

Prueba de ello es la ampliación de los Q3.1 mil millones que hicieron en el Congreso para repartirse desde el Ministerio de Comunicaciones. CACIF y Cámara de Industria brillaron por su silencio, Cámara del Agro salió a apoyar, pero para taparle el ojo al macho, pidieron “transparencia”, algo así como pedir que no vendan licor en un prostíbulo.

Por el otro lado, rápido unieron filas con el Presidente cuando la comunidad internacional mostró su apoyo a Erika Aifán. Alegaron injerencia (el mismo Gobierno que aceptó dinero taiwanés que condiciona sus decisiones de política exterior) y es que la jueza de mayor riesgo es muy incómoda para el mandatario y para aquellos miembros del sector que tienen causas en su juzgado.

En otras palabras, tapar el sol con un dedo es imposible. Lo sabe la gente local, lo sabe la comunidad internacional y por más cartas que manden o declaraciones que den, serán los hechos los que incidan más que las palabras.

Y por eso insisto que lo que ocurre en estos momentos es una buena oportunidad para reencauzar el país. Si CACIF rompe su alianza con el Presidente, si se inclinan porque el MP no siga en manos que no buscan justicia para todos sino tranquilidad y venganza para algunos, podremos empezar a PROPONER, plantear alternativas para evitar que en Guatemala se siga la ruta de Nicaragua.

Hablan de la necesidad que exista certeza jurídica, pero poco se está haciendo para lograrlo. Todos sabemos que necesitamos reformar la justicia, pero decirlo, proponerlo y discutirlo genera demasiadas olas en un Presidente que ha llamado a varios empresarios a decirles de qué se van a morir si hacen algo que no le gusta.

Se comparte la visión que necesitamos más y mejores inversiones en el país, pero se aplaude o se guarda silencio que se le metan Q3.1 mil millones al saco de la corrupción, cuando lo que debemos es estar hablando del nuevo sistema de compras que necesitamos para que todos y no solo los que sobornan, participen en los proyectos que nos deben inclinar la balanza como país.

Seguir operando con Giammattei puede traerle a muchos enormes consecuencias y más que solo alejarse para que todos siga igual, se trata de separarse de alguien que no quiere cambios para buscar a los millones de en medio que entiende que el problema es el sistema, que quieren cosas sostenibles, que no desean construir una Guatemala en medio de venganzas y/o impunidad, si no que están buscando cómo trabajar más para salir adelante, cómo dar oportunidades al que las quiere y cómo hacerle la vida menos complicada a aquellos que desean hacer las cosas bien.

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