Por el negocio con Sputnik V que concretó el presidente Alejandro Giammattei, en GT, ahora muchas personas están buscando otra dosis para poder viajar a EE. UU. ya que este componente no se encuentra dentro de las vacunas autorizadas por la OMS. Foto La Hora/Presidencia.

En el tema de la vacunación estamos ahora en un momento crítico porque mucha gente está esperando la segunda dosis para completar su esquema de inmunización y resulta que no hay vacuna suficiente, lo que hace que miles de personas se encuentren sumamente preocupadas. A ello se suma, por si fuera poco, el hecho de que todos los guatemaltecos que fueron vacunados con Sputnik V no tienen posibilidad de viajar a Estados Unidos porque la Organización Mundial de la Salud no reconoce ese producto como efectivo para la prevención del COVID-19 debido a serios errores detectados en su elaboración.

No deja de ser paradójico entonces que la estafa rusa, que se tradujo en el envío de raquíticas cantidades de vacuna, termine siendo un alivio para la población porque ahora dependemos de otras donaciones. Giammattei ya dijo que las mismas no caen del cielo sino que hay que trabajar mucho para lograrlas, lo que hace suponer que nuestras autoridades no han trabajado lo suficiente porque estamos en una situación de carencia que nos debe preocupar.

Se sabe de mucha gente que está corriendo riesgos con su salud al viajar a otros países, Honduras y El Salvador, para volver a vacunarse pese a tener el esquema completo con Sputnik V. Por ese negocio de Giammattei ahora hay gente que se está exponiendo porque los expertos indican que no es seguro volver a vacunarse porque no hay estudios sobre lo que pueda ocurrir con esa aplicación doble de diferente tipo de vacunas.

El manejo de lo más importante para enfrentar la pandemia, la vacunación, ha sido un auténtico desastre a partir de la decisión que se tomó de pagar por adelantado a los intermediarios rusos para la compra de una vacuna que resulta no estar aprobada por la OMS. Pero entendiendo que las donaciones no caen del cielo y que hay que trabajarlas, es evidente que los que tienen a su cargo ese esfuerzo no lo hacen con diligencia, al punto que muchos menores de edad en espera de la segunda dosis de la vacuna Pfizer no la encuentran por ningún lado y, por lo tanto, no alcanzan a tener la protección que les ofrezca inmunidad frente al virus.

Siempre hemos dicho que el mal manejo de las crisis históricamente ha tenido consecuencias, como pasó en Guatemala en 1917 y 1918 y en Nicaragua en 1972 con los terremotos. Y aunque Estrada Cabrera y Somoza se quedan chiquitísimos comparados con el manejo de esta pandemia, la diferencia está en que nuestra sangre de horchata parece haberse ido espesando.

Redacción La Hora

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