El gobierno y sus aliados parecen estar preocupados por otras cosas, sin duda muy graves, pero no por la salud de la población. Foto La Hora/Presidencia

El gobierno y los sectores que le apoyan incondicionalmente, entre ellos cámaras empresariales, están viendo cómo se multiplican los contagios dentro de la pandemia y no les da ni pena ni vergüenza, arropados en buena medida por el comportamiento de mucha gente que no toma precauciones y actúa como si nada estuviera ocurriendo en el país. Se organizan fiestas a diestra y siniestra y a las críticas en las redes sociales los organizadores responden que cada quien es libre de hacer lo que quiera, sin pensar ni en un momento en ese personal de apoyo que TIENE que atenderlos por fuerza para mantener su empleo, corriendo gravísimo riesgo de contagio. Y eso para citar apenas un botón de muestra de lo que todos, como ciudadanos tenemos que cambiar para compensar la inefectividad del gobierno.

Aquellas espeluznantes escenas que vimos en noticias de otros países donde los hospitales no podían recibir a más pacientes y los enfermos morían en tal cantidad que no había forma de darles adecuada sepultura empiezan ya a verse en nuestro entorno y ni eso provoca que tengamos una respuesta más efectiva del gobierno, comunicando a la población lo grave del nivel de contagio y la necesidad de redoblar esfuerzos con el uso de mascarilla y distancia social, por lo menos.

El gobierno y sus aliados parecen estar preocupados por otras cosas, sin duda muy graves, pero no por la salud de la población ni por el curso que lleva el Covid-19 en el momento actual. Es obvio que ya Nerón bajó el dedo y la Ministra de Salud pagará los platos rotos, lo que confirma que para Giammattei no hay lealtades que importen porque si él está en peligro por alguna investigación entregará a cualquiera de sus colaboradores y ministros sin que le tiemble el pulso. La ministra es responsable de haber firmado el contrato con los rusos, no cabe duda, pero cómo surge ese contrato, quiénes lo negociaron y a cambio de qué, es todavía un asunto pendiente de esclarecer.

Es momento de suprema seriedad y todo el esfuerzo oficial se tiene que centrar en controlar la pandemia, a como dé lugar, para evitar muertes que se pudieron prevenir si hubiéramos tenido más gente vacunada. En cambio, se están dedicando a maniobras que persiguen salvar sus propios pellejos sin ponerle atención al drama que se está viviendo y que aún siendo ya tan grave todavía se puede complicar mucho más. Cada pueblo tiene el gobierno que se merece pero ni el pueblo más indolente se merece algo así.

Redacción La Hora

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