El viernes 13 de marzo del 2020, en un show violatorio a la intimidad y reserva del nombre de personas contagiadas, el expresidente Giammattei anunciaba el primer caso de Covid-19 en el país. Por lo tanto, ayer se cumplieron 5 años desde aquel día y de ahí para esta fecha ha pasado mucha agua debajo del puente, como suele decirse popularmente. Algunas instancias internacionales y expertos en salud pública refirieron que esta pandemia representó el mayor reto para la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, este reto iba a ser mayor para aquellas sociedades, como la guatemalteca, que tienen mayores vulnerabilidades producto de las inequidades y desigualdades relacionadas al Modelo Económico que se ha instaurado en ellas.
En 2019 el Banco Interamericano de Desarrollo -BID- había establecido que el Sistema de Salud guatemalteco era el que mayor vulnerabilidad había presentado en la región y con esta realidad tuvimos que enfrentar esta nueva enfermedad. Sin embargo, no era sólo un tema de un largo proceso de deterioro del sistema de Salud, si no había que sumarle el hecho de la reciente asunción al poder político de una estructura que vio en la pandemia la oportunidad perfecta para imponer un orden autoritario y para saquear las arcas públicas a costa de la salud y la vida de la población. Esta estructura criminal que llegó al poder político, encabezados por Alejandro Giammattei y su pareja Miguel Martínez marcó en definitiva la forma en la que la pandemia fue abordada. Con el mayor presupuesto público de la historia, un médico condujo al país a la debacle, con más de 20,000 mil muertes documentadas, un sistema de salud colapsado, el gremio médico y personal sanitario agotados, la niñez con graves afectaciones en su derecho a la educación y un deterioro económico acelerado. Al día de hoy seguimos pagando los efectos de la corrupción rampante y la política de muerte impulsada por el gobierno anterior.
Es por ello que, la sociedad guatemalteca sigue exigiendo justicia, sigue exigiendo que los responsables del saqueo que produjo tanta muerte sean enviados a prisión; lamentablemente el Ministerio Público sigue colocando una manta de impunidad sobre todos estos casos de corrupción. Contrato para adquisición de vacunas fraudulentas, hospitales a medio construir, fondos para subsidiar a la pequeña y mediana empresa que no sabemos en qué pararon, son tan sólo algunos ejemplos de los graves actos de corrupción ocurridos y tapados por el MP. 5 años después la sociedad guatemalteca sigue demandando más y mejores servicios de salud, a la espera que otra pandemia no nos vuelva a golpear.
Por último, esta sociedad golpeada, agradece y admira a quienes desde su labor permitieron que la tragedia no fuera mayor. Gracias al personal sanitario que dio lo mejor de sí para poder atender a las miles de personas. Gracias a la solidaridad de los Pueblos para poder palear los graves efectos de esta pandemia. Seguiremos exigiendo justicia.