Jorge Santos

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Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

El terror, la violencia y las atrocidades cometidas por el ejército en Guatemala, en el marco de la política contrainsurgente adoptó diversas estrategias durante el Conflicto Armado Interno. Da la estrategia de asesinatos selectivos y prisión política en los años sesenta, los militares al servicio de la oligarquía, adoptaron cada vez rasgos más inhumanos, hasta alcanzar la política de tierra arrasada y con ella el Genocidio contra los Pueblos indígenas a finales de los setenta e inicio de los ochenta. Luego de masacrar poblados enteros y la decisión de instaurar una democracia tutelada, el régimen dictatorial dirigido por Oscar Humberto Mejía Víctores, dirigió su estrategia de terror hacia la desaparición y ejecución extrajudicial del liderazgo de movimientos sociales y populares, intelectuales, estudiantes y obreros entre otros.

En 1999, luego de tres años de la Firma de los Acuerdos de Paz, la analista del Archivo de Seguridad Nacional en Estados Unidos de Norteamérica, Kate Doyle recibió un documento que en su conjunto es conocido como el Diario Militar o el “Dossier de la Muerte” el cual consta de 74 páginas. Este documento de inteligencia militar registra un total de 183 fichas de personas detenidas, de las cuales su gran mayoría es desaparecida y según varios expertos, muchas de ellas ejecutadas extrajudicialmente, luego de ser sometidas a actos de tortura. Este diario que da cuenta del terror impuesto por el ejército, permitió conocer la detención de personas desde agosto de 1983 a tan sólo días después del Golpe de Estado perpetrado por Mejía Víctores y culmina documentando casos hasta marzo de 1985.

Cada una de las fichas, con fotografías de las personas secuestradas, detenidas, el nombre completo de la persona, su pseudónimo o nombre supuesto impuesto en la organización a la que pertenecía, un relato sobre su detención y luego una serie de códigos que según expertos dan cuenta de la ejecución extrajudicial u otra grave violación impuesta a las personas. Es probable que, así como este documento, existan otros que den cuenta la aplicación de estas prácticas de horror, que en este Dossier en particular afectó profundamente al Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT-.

A 22 años de la aparición de este “Dossier de la Muerte”, la Fiscalía de Derechos Humanos, logró la captura de 11 personas, todos militares en situación de retiro, que fueron responsables de los graves hechos de detención ilegal, secuestro, tortura, desaparición forzada, violencia sexual y ejecución extrajudicial de al menos 183 personas, que están documentadas en la misma cantidad de fichas. Este importante hecho, de llegar a buen término, podrá posibilitar la justicia para las familias de las personas que no tuvieron el derecho de ser presentado ante juez competente y mucho menos garantías judiciales que hoy si cuentan estos 11 militares. Esperemos que pronto se de justicia en este caso y que con ello se contribuya a que estos terribles hechos documentados en ese Diario, no vuelvan a repetirse jamás en contra de la población guatemalteca.

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