Jesús Alvizurez

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Jesús Alvizurez
chus@tribunadelaverdad.com

Estamos ante un sistema de tiranía que busca sacar del camino a la ciudadanía honesta, con ilusión de ver un país donde impere la paz. La seguridad y democracia, libertad de hacer en bien del territorio todo aquello que la ley no prohíbe; hablo de la ley verdadera de aquella que no se vende al monopolio acomodado ni al codicioso gobierno, en conclusión el ciudadano no debe agachar la cabeza ante nadie, mucho menos recibir la tormenta esa que se desata en contra de los que buscan una mejor gobernanza de país. El esclavo es esclavo porque quiere ser, no se revela ante los opresores que quieren fortuna y poder solo para ellos; los capitales son del pueblo y ellos son los administradores no los dueños; el poder lo confiere la ciudadanía en las urnas electorales; más esto se ha desvirtuado desde que surgió la compra de voluntades, mecanismo que se utiliza para que la desprestigiada ley todo lo ignore.

Hay muchos casos que se podrían citar como la llegada de personas con colas al poder; otras incapacitadas para una expresión que contenga conocimiento de las reglas gramaticales del habla; gobernar y dar a los gobernados salud, seguridad, trabajo, y un trato moral que hable de hermandad, siendo esto más fácil que hundirse en  fango corrupto que ha existido y existe en la actualidad, porque todo pelado que escala el guacamolón va comprometido con las diferentes élites del sector explotador del país.

Pareciera que fuera un pesimista para externar este criterio, pero es la verdad, y la verdad no tiene vuelta de hoja, ni la moneda tiene tres caras; así se consuman muchos hechos que carecen de veracidad y son desprestigio para personas de alto honor como ha acontecido en la persecución de fiscales, exfiscales y jueces para ocultar malas acciones registradas en el sistema judicial.

Es lamentable el flagelo que ha adoptado el accionar de los tres poderes conferidos en apariencia por el pueblo a través del voto, más hay que documentar que en las últimas contiendas electorales ha habido manipulación de conteo en los sistemas electrónicos donde se da el triunfo al candidato que el oscurantismo elige, el billete en fuerte cantidad define a quien se declara como ganador. Ahí comienzan las grandes embestidas contra el pueblo que carece de los elementos para un desarrollo personal y territorial, los gobiernos corruptos se preocupan de alimentar su ego capitalista y no de ver los problemas que aquejan a los gobernados, estos sin voluntad de parar las malas acciones de quienes sin conciencia atropellan al pueblo.

Decir en cada elección general, voy a votar por Pedro o Juan para que todo cambie es una ilusión, un sueño que nunca se concreta porque todos los que anhelan llegar al poder están moldeados en la misma vasija y quedan supeditados al poder económico que avaló su elección y corre y va de nuevo la corrupción y captación del Estado.

 

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