“Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía” Seneca

Nuestro Estado de Derecho se encuentra deprimido, y cada día que pasa se contrae más, pero no empequeñece, más aún se amplía sin resultados visibles, porque la mora judicial crece enormemente, lo que se evidencia en que audiencias en las que se conocerá sobre la libertad de seres humanos, se demoren más allá de la capacidad de lo que una persona puede soportar.

En la población en general, cada día se afianza más la idea de que, nos acercamos más a dejar de ser un estado fallido para convertirnos en un estado colapsado, que va contracorriente, porque los tres órganos que lo conforman nos dejan a deber cada día que pasa, sin que se vislumbre un rayo de luz, porque a donde veamos todo es bastante oscuro.

Los problemas internacionales nos arrasan, mientras los aranceles de Trump amenazan impactar más nuestra economía, que siempre ha sido débil, y que, se evidencia hoy que estamos iniciando la Semana Santa, porque para paliar un poco, nos enteramos que en la mayoría de las instituciones se recetaron bonos especiales, para que los empleados tengan un sobresueldo y así, poder económico para gastar y disfrutar de momento, pero ¿De dónde provienen todos esos fondos? De los bolsillos de los funcionarios que deciden que todos se merecen estos días de solaz esparcimiento definitivamente no, ese dinero que se reparte como que fuera propio, no surge por arte de magia, son tomados de los tributos que pagamos los ciudadanos obligatoriamente, quienes, además de soportar las arbitrariedades de la SAT, que un día sí y otro también vulnera los más elementales derechos de nosotros los contribuyentes, sin que encontremos en el Sistema de Justicia respuesta a nuestra  necesidad de ella, porque el sistema ha decidido utilizar la interpretación pro fisco, porque entiende que se deben defender los recursos públicos,  sin importar el daño causado a las finanzas de quienes sostienen al Estado, que somos todos los ciudadanos que pagamos uno de los impuestos indirectos como lo es el IVA, más y el endeudamiento público.

Una persona que trabaja en el sector privado, en una mediana o pequeña empresa, tiene derecho a cobrar el salario mínimo, y si llega a Q.5,000.00 mensuales,  le retienen ISR, adicional a que gane lo que gane, en todos sus consumos o compras paga el IVA, esos dos impuestos se trasladan al Estado que suman un 17% del total de lo que percibe un ciudadano que gane más de esos cinco mil quetzales, para que posteriormente sea piñateado por los funcionarios públicos, porque lo que no es mío es de todos, y lo que no me cuesta me lo gasto sin preocupación.

Estando así las cosas, y con la necesidad que tenemos de una Justicia pronta y cumplida, y que no es así, como lo prueba  el puesto que ocupa nuestro país en materia de Estado de Derecho a nivel global, encontrándonos en el puesto 107 de 142 países, en la evaluación como parte de América Latina es de  25 de 32, los números son estadísticas, pero el impacto social es muy importante porque los ciudadanos nos encontramos sin respuesta a nuestras necesidades judiciales, entre otras, porque las audiencias son programadas con demasiado tiempo de diferencia, los diputados no sesionan, y las carreteras  son intransitables, ante ese panorama, nos encontramos con que, en los primeros días del año una de las noticias que circulo fue que de los días laborables tendríamos  12 días de asuetos y feriados, incluyendo cuatro fines de semana largos, son días perdidos en los que no se trabaja, pero se cobra, mientras los que mantenemos el sistema igual pagaremos, porque los asuetos tributarios no existen.

Nuestra situación como país no solo no está bien, se encuentra bastante mal, a la mayoría de los responsables de las instituciones les interesan más los bonos y los asuetos que los resultados, mientras a los ciudadanos, nos interesan los resultados que no percibimos.

En días como los actuales, en los que nos debemos a la reflexión, es necesario que preguntemos a los funcionarios ¿Hacia dónde vamos?

Esperaríamos que alguien nos respondiera, y que esta respuesta no sea repartir el dinero que les pagamos.

licgla@yahoo.es

Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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