Gladys Monterroso
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“Lo que hemos hecho, su resultado, viene a nosotros ya sea hoy, mañana, cien años más tarde o cien vidas más tarde, sea cuando sea”. Maharishi Mahesh Yogi
No nos llamemos a engaño, el ganador del recién pasado evento electoral fue el voto nulo, la segunda vuelta por lo tanto se llevará a cabo entre el segundo y tercer lugar, ¿Qué significa lo anterior? Significa hartazgo por parte de la población, hacia el sistema que nos han impuesto grupos corruptos, que se han adueñado de las instituciones para beneficio de las elites, también corrompidas que, como sociedad por acción u omisión, hemos permitido que manejen a su antojo los hilos de la institucionalidad.
A los que alegan fraude, como si de poca cosa se tratara, y fuera el pan nuestro de cada día, vale la pena preguntarles, ¿Cómo se fraguó el fraude para que ganara el voto nulo? Esperaríamos una explicación a semejante fenómeno, debido a que sembraron en la mente de la población que se preparaba un fraude, por lo que la inseguridad creada más la histórica, desmotivó a buena parte de la sociedad, lo que incentivó aún más ese rechazo a la clase política que arrojó un resultado que, aunque no se pueda oficializar, es una realidad que ni miles de amparos van transformar, porque la verdad está frente a nosotros día a día, y no va a cambiar.
No es posible una repetición del proceso electoral, porque eso constituiría un golpe de Estado técnico, las urnas ya hablaron, y su voz significó un rechazo el actual sistema, se decantaron por candidatos que no aparecían en las encuestas, probablemente porque el campo de análisis no fue el adecuado, lo importante es que fracasó el clientelismo, la ciudadanía se pronunció, esa decisión se debe respetar, no hacerlo es un duro varapalo a la institucionalidad.
La elite económica guatemalteca, en su afán de mantener el poder sobre la población en general, ha cometido errores que se han vuelto contra ella, pero, probablemente uno de los peores es haber permitido por acción u omisión, el crecimiento de una clase económica emergente paralela, compuesta por los representantes de poderes delictivos que debieron mantenerse en la clandestinidad, pero las elites tradicionales permitieron el blanqueamiento de sus haberes, con el consentimiento en algunas ocasiones y omisión en otras de quienes debieron haber mantenido las distancias.
Debido a lo anterior, esta segunda clase con aceptación de la primera, ha utilizado a representantes de todos los actores del país, para hacerse del control total, esto no hubiera sido posible si quienes en la actualidad son instrumentos institucionales de estos, hubieran tenido el más mínimo decoro y no se hubieran prestado a ser parte del cuasi país que hoy somos, pero no fue así, por unas lentejas, o por ser parte según ellos del status quo, aceptaron ser parte de un sistema cuestionado y que paga con lo único que sabe pagar: Con la traición.
Al vender desde antes de las elecciones que se llevaría a cabo un fraude, se creó ese inconsciente colectivo, pero la situación se les fue de la mano, porque surgieron variables no contempladas, como es el hecho, que la segunda vuelta se disputará entre el segundo y tercer lugar del resultado, porque el primer lugar fue del voto nulo, si señores, el voto nulo sumado al voto en blanco fueron los verdaderos ganadores indiscutibles de la contienda electoral, y la segunda vuelta se disputará entre una socialdemócrata que dice que no lo es, y un progresista.
La población ha actuado inteligentemente, dando a las elites depredadoras respuestas contundentes, con el voto nulo, con el ascenso no solamente de Bernardo Arévalo, también Armando Castillo, se mandó un mensaje de total rechazo a un sistema que se ha autodeslegitimado, pero más rechazo produce en estos momentos la judicialización del proceso electoral, más aún al conocer los nombres de los “partidos” que han promovido este ataque a la democracia, y que se desmarcan como lo que son, instrumentos en manos de la corrupción sin miramiento alguno.
El efecto bumerán se concreta cuando el ser humano, siembra ideas positivas o negativas, buscando un determinado efecto, que regresa a quien lo sembró, como especie de justicia divida, en ocasiones el efecto puede ser incluso multiplicado.
La imposición de la corrupción en todos los niveles, trae como consecuencia el rechazo in limine de la sociedad.