Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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“Intento comprender la verdad, aunque esto comprometa mi ideología.”
Graham Greene

En las últimas décadas del siglo pasado, y primera de este, el mundo miraba más a la izquierda que a la derecha, derivado de las diferentes políticas de la derecha y extrema derecha, que mantenían y mantienen al mundo dividido en países pobres y países ricos, con sus matices entre segundo y cuarto mundo, que nos convertía en estratos económico-sociales extremadamente desiguales que, relativamente la economía trató de explicar para minimizar esas diferencias que tenían un trasfondo cultural.

Derivado de lo anterior surgieron melodías con alto contenido social como “Ayer tuve un sueño”, “Casas de cartón”, y otras más que trataron de enviarnos el mensaje de que las tiranías económicas tenían que tener un final, aunque el problema iba más allá de lo económico, era un mundo de contrastes demasiado brutales para que aceptáramos como futuro que estos fueran cada vez más, y más abismales, producto de lo anterior, se trató por medio de movimientos sociales de encauzar al mundo hacía una igualdad que nunca llegaría a existir, hoy lo sabemos, además esas melodías como símbolo de una época quedaron como un recuerdo.

En la década de los ochenta y noventa, el mundo giro un poco, poquísimo hacia la socialdemocracia que no es izquierda como la misma es concebida, pero probablemente tampoco un mundo de izquierdas era lo que el mismo necesitaba, nosotros por acá no hemos pasado ni a tomar un pequeño pellizco de la socialdemocracia menos de la izquierda, y me parece en el corto plazo esto es menos que imposible, nuestra historia es otro cantar.

El discurso de la socialdemocracia y de la izquierda es de igualdad en la riqueza y oportunidades, así se posicionaron en Cuba, Venezuela, Nicaragua, entre otros países latinoamericanos, últimamente Perú y Chile, antes fue el continente europeo, sin embargo, en los últimos años, el mundo decidió regresar sobre sus pasos y se tiende a posicionar a la derecha nuevamente.

¿Qué pasó? Aunque este espacio es muy pequeño para un análisis tan profundo, es necesario dar unas pinceladas a raíz de lo sucedido en Chile, Italia, y que puede suceder en España y Francia próximamente, creo que no existe ideología perfecta, que todas son perfectibles, y que mientras los dos extremos sean tan extremos, difícilmente el ser humano puede aceptar vivir en sistemas que se vuelven tiránicos a fuerza de mantener en la cúspide a las elites, mientras la base será la que mantenga al sistema, y la base siempre seremos los de abajo.

El giro a la derecha en el mundo es evidente, porque la izquierda extrema y la moderada no han sabido dar a la población lo que esta necesita, y que le ha sido ofrecido sin haberse cumplido, porque la izquierda en cualquiera de sus matices vino en teoría a resolver los problemas creados por las acciones de la derecha, sin embargo no fue posible porque mientras se creó la idea de un sistema más igualitario, de alguna forma se perdió esa sensación, y nos vimos inmersos en otro tipo de problemas que enturbiaron lo poco conseguido, lo que es peor aunque con diferente matiz, los tiranos no dejaron de existir.

Si vemos a nuestra izquierda latinoamericana, en toda encontramos los mismos problemas de la derecha, relacionados con la corrupción de las elites clasistas, y a todo lo concerniente con los cambios que se vendieron como necesarios, y lo eran, pero se esfumaron en los discursos sobre utopías irrealizables, porque al fin las elites se han mantenido a pesar de los discursos de igualdad que se han quedado en eso, solo discursos.

En pro de esa necesaria igualdad, se han creado y modificado conductas que, han resultado ser tan elitistas como otras, y que no solo no han resuelto los problemas de desigualdad, de tiranía y de falta de democracia, estos problemas se han visto multiplicados.

Un pequeñísimo ejemplo, lo vivimos cuando observamos a todos los venezolanos, que han salido huyendo de un autoritarismo disfrazado de democracia, que ha azolado esa sociedad convirtiéndolos en nómadas del siglo XXI, viéndose obligados la mayoría, a mendigar alrededor del mundo, porque no solamente en este país se encuentran.

¿Qué puede hacer la sociedad ante la falta de respuesta de quienes ofrecieron darla? Regresar al inicio, para tratar de encontrar la solución, porque el dinosaurio no se fue.

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