Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso

“El gran mito de nuestro tiempo es que la tecnología es comunicación”
Libby Larsen

La tramitología ha sido una entramada que se ha instalado en la humanidad, debido a la cantidad de requisitos que debemos cumplir, para vivir en esta sociedad burocratizada, veamos nace, se tiene que inscribir, estudia, se tiene que inscribir, muere, se tiene que inscribir, algo necesario para que, cuando se necesite, se sepa que usted existió, y así, conforme vamos transitando por la vida, vamos llenando requisitos para todo, por ejemplo, para identificarnos tenemos DPI, licencia de conducir, pasaporte, certificación de la partida de nacimiento, si trabajamos en una empresa o institución el respectivo carné, si estudiamos también, demasiados documentos para una persona.

Pareciera que a los legisladores, les sobra tiempo y crean nuevas figuras para que nos registremos, con lo que seguimos sumando lugares donde nos registramos, por si fuera poco, tenemos que si o si inscribirnos en la SAT, porque todos somos contribuyentes, y hoy postpandemia tenemos si o si también, que contar con una tarjeta de débito o crédito, si no, no existimos, porque muchos pagos se hacen hoy en línea, también digitalmente realizamos la mayoría de nuestras diligencias, tan es así que, a Migración usted llega, pero nadie puede hacer nada por usted, si no entra previamente a la página web y realiza su solicitud, me pregunto, ¿Todos los guatemaltecos tenemos acceso a una computadora, o un llamado teléfono inteligente? Me parece que no.

Muchas instituciones y empresas trabajan híbridamente, pero, la mayoría resuelven nuestras dudas en línea o vía telefónica, pregunto: ¿Tienen respuesta a todo? Si físicamente no la tenemos, de esta forma es dudoso como mínimo, a cualquiera que cuente con una cuenta bancaria, le sucede que, para tener la banca en línea, tiene que tener una computadora o un teléfono al que le pueda instalar la respectiva App, sumado a que cada quince días le solicitan cambie su contraseña, y si el departamento de riesgos “detecta” un posible riesgo, aunque usted cuente con solo cien quetzales en su cuenta, se la bloquean, pero no vaya al banco, no, tiene que escribir un correo electrónico, con la dirección que tiene registrada, si usted va personalmente al banco, lo reciben, pero le anulan las gestiones digitales y va de nuevo, porque tiene que seguirse comunicando por correo electrónico.

La administración pública no es diferente, sin importar en qué institución tenemos que hacer una gestión, en todas es lo mismo, tiene que contar con una computadora, teléfono inteligente o tablet a mano, ingresa a la página web, acto seguido su número de DPI, desde ese momento entra usted al mundo cibernético y su información entra a la nube, inicia su diligencia, pero como ser humano que es, se equivoca, si eso sucede usted no puede avanzar, si tiene suerte y alguien en su entorno es entendido con la tecnología, algo resolverá, pero si no tiene esa suerte, usted es simple y sencillamente un analfabeta digital, por lo que: No tiene conocimiento alguno sobre las llamadas herramientas tecnológicas, derivado de lo anterior, no cuenta con las habilidades y aptitudes, para acceder a computadoras y otros aparatos digitales, lo que significa que no tiene acceso a la información, y es un excluido digital.

El resultado de lo anterior es que usted ya no está en el mundo, y si quiere estarlo, tendrá que aprender a utilizar la tecnología o ir a un café internet a que un desconocido tenga información sensible de su vida, o en el mejor de los casos, tiene que pedirle a una persona de su entorno que le ayude, si encuentra a esa persona qué bien, pero que hace en la próxima gestión, además usted no sabe quién tiene su información del otro lado de la red, ese desconocimiento del mundo digital contribuye a que podamos ser víctimas de los delincuentes cibernéticos.

Sumado a lo anterior, al ser obligatorio, porque así es, que las gestiones se hagan vía digital, quien no cuenta con las herramientas adecuadas, se encuentra fuera de acceder a las instituciones públicas.

En un país en el que, según datos oficiales del Comité Nacional de Alfabetización, el índice de analfabetismo es de 21.04%, y que saber leer no significa leer, por lo tanto, tener acceso a la tecnología menos ¿Qué posibilidades tiene la generalidad de la población de acceder a la tramitología digital? Relativamente poca.

Hoy estamos más cerca de no tener acceso a todo.
licgla@yahoo.es

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