Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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“La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.” Antonio Gala

Hace dos años, causó gran preocupación a las sociedades democráticas, el hecho de que Trump al perder las elecciones, azuzó a sus huestes, porque no se les puede dar otro nombre, para que en defensa de una imaginaria victoria, asaltaran el Capitolio, un hecho inédito hasta ese momento y que, aunque no lo quisiéramos aceptar, marcó un antes y un después en la concepción de la democracia, como un modelo de participación de la sociedad en general, en las decisiones que atañen a la generalidad, y que antes de ese suceso, por lo menos en los EEUU, era impensable que sucediera.

La sociedad norteamericana por excelencia, se había caracterizado por ser el ejemplo de lo que hasta esa fecha se consideraba como la democracia más completa, a pesar de algunos pasajes grises que el pueblo norteamericano había vivido, y que había erosionado de alguna manera ese sistema de gobierno, en el momento en que los seguidores del expresidente republicano, en un acto por demás cuestionable para el llamado mundo libre, atentaron y deterioraron en forma irremediable, la estructura de la sociedad que se había convertido, con sus más y sus menos en uno de los pilares de la vida en libertad, y del respeto a los derechos fundamentales, con esa acción dañaron al sistema.

No existe democracia perfecta, todas son perfectibles, al fin son una creación humana, contrario sensu a lo que han significado las dictaduras, que abundan en el planeta en detrimento de los DDHH, más aún de las mujeres, en ese contexto, una democracia imperfecta siempre será mejor que una dictadura perfecta, en la que la vida del ser humano vale menos que nada, derivado de ello, los valores fundamentales, por los que se rige el ser humano como la libertad y la justicia, son sacudidas en varias regiones del planeta.

En ese orden de ideas, desafortunadamente en las llamadas incipientes democracias como la nuestra, no existe respeto a la vida, libertad y justicia de las personas, baste leer las noticias diarias, en las que no consta un solo día en el que no pierdan la vida personas de cualquier edad y estrato social, en forma violenta, dejando familias destruidas, niños y niñas huérfanos, sin que el Estado de respuesta alguna, las autoridades son más eficientes en poner cepos que en resguardar la vida de los ciudadanos.

El daño causado hace dos años, va más allá del pueblo norteamericano y de su historia, pues debido a que la sociedad estadounidense, ha sido considerada hasta el momento la primera potencia mundial, y un referente en muchos aspectos, especialmente en lo relacionado a las libertades básicas, ese daño impactó en la sociedad global, podemos ser pro o contra yankis, lo que no podemos es negar la influencia para mal o para bien que esa sociedad tiene en el mundo conocido, dicho lo anterior, después de los hechos acaecidos en la hasta hoy distinguida como sociedad libre, hemos vivido otra situación que debe llamarnos a la reflexión y es lo que ha sucedido en Brasil, señalado hasta este momento como un intento de Golpe de Estado, debido a que las huestes de Bolsonaro, que no aceptaron el ajustado resultado en las urnas, han atacado a los tres poderes del Estado brasileño, en un acto altamente cuestionable no solamente por las repercusiones del mismo, si no que, porque se abren nuevas formas de amenaza a nivel mundial.

De seguir creciendo las posiciones antidemocráticas, como las de los seguidores de los expresidentes de EEUU y Brasil, en el conocido aun como mundo libre, la democracia como contrato social se verá cada vez más en peligro inminente, más aún en sociedades como la nuestra en las que nos encontramos con demasiadas carencias demócratas.

Se hace necesario, por lo tanto, no solamente preocuparnos de lo que sucede allende las fronteras, debemos ocuparnos en lo que sucede en nuestro pequeño y conflictivo terruño, porque, aunque en el texto nos presentamos a lo interno y externo como un país eminentemente republicano, con tres poderes definidos, nuestra realidad dista mucho del relato que muchas veces ni nosotros nos creemos.

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