Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
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“La absolución del culpable es la condena del juez”

Publio Siro

Nos enfrentamos como sociedad, a otro proceso que debería ser referente de la calidad de profesionales que egresan de las universidades del país, pero todo apunta a que, nuevamente no será así, desde hace algún tiempo, iniciaron las negociaciones de grupos interesados, no en que lleguen los más idóneos, persiguen que lleguen profesionales que, actúen como la actual fiscal que se ha plegado a intereses particularmente oscuros.

La degradación que hemos observado, en la mayoría de comisiones de postulación, ha dado como resultado, que se visualice un proceso tan importante como el de elegir al funcionario encargado de dirigir una institución,  de suma importancia en la vida nacional, por ser la encargada constitucionalmente de ejercer la persecución penal, que no es solamente perseguir a los delincuentes, este es el ente encargado de investigar, que no es poca cosa, para determinar si existe la comisión de un delito, presentar la denuncia en los tribunales, presentar pruebas, acusar y argumentar con tanta propiedad para que se logre una condena, pero ojo, que esta acusación debe realizarse porque el acusado sea culpable, pero para saber si es culpable la investigación deber ser técnica y profesional.

La calidad de la academia es mínima en estos procesos, vale lo mismo un posgrado o doctorado falso u obtenido sin que la universidad o el programa  que lo otorgó cumpla con los requisitos necesarios mínimos para acreditar que tiene un valor, que uno en el que el control de la calidad académica sea de primer orden, que los hay,  el mercado de las universidades, léase mercado como “Elconjunto de actividades realizadas libremente por los agentes económicos sin intervención del poder público” se han convertido en mercadillos que no son otra cosa que “El lugar público con tiendas o puestos de venta donde se comercia”, así de grave es nuestra situación, porque se liberó el mercado educativo universitario y se convirtió en su gran mayoría  en un mercadillo, en el que los grados y títulos se venden, literalmente al mejor postor.

Uno de los tantos problemas de nuestra sociedad, es que este concepto de mercadillo, se ha trasladado a las comisiones de postulación, en el que los profesionales se convierten en moneda de cambio a intereses poco transparentes, como ha venido sucediendo, y parece (Esperando así no sea) seguirá pasando, porque el sistema se encuentra estructurado, para que todo funcione de tal forma que, se mantenga la cooptación de las diferentes instituciones del sector justicia, para que, esta no funcione como lo espera y necesita la población en general.

La Comisión de Postulación recién instalada, para elegir a los seis profesionales cuyos nombres serán presentados al presidente, tiene todos los elementos de las anteriores, se ha privilegiado una academia de cartón reciclado, en la que los títulos en un alto porcentaje se han comprado en el mercadillo al que salen constantemente a ofrecer cualquier tipo de título, porque la comisión no va a investigar la validez ética de los títulos que se le presenten, ni siquiera la validez formal.

Veamos, un abogado al desacreditar a una joven que aún no se había graduado, me decía con contundencia, su currículo es muy pobre, no se ha graduado, mientras otra que se había graduado en una universidad de garaje si llenaba los requisitos, porque ostentaba un título, no importaba como lo había obtenido.

Los comisionados se dedican a puntuar formalidades, por ejemplo, es abogado y notario, tantas maestrías y doctorados llenó las expectativas de 35 puntos, sin importar la calidad de esa licenciatura, maestrías y doctorados, los comisionados se detendrán en las formalidades, el fondo no será considerado.

Veamos ¿Por qué no se examina públicamente a los candidatos? ¿Por qué sería vergonzoso? Me parece que no, que un cartoncillo comprado en cualquier tienda de títulos no demuestra la calidad del profesional, en sí, muchos quedan en deuda.

Nuevamente la justicia sale al mercado, para que desde la comisión de postulación se inicien las negociaciones, no para privilegiar a los mejores profesionales, menos la meritocracia que en el país ha fallecido, será para calificar documentos, en su mayoría devaluados, porque la academia está desde hace muchos años, agonizando en un país que se resiste a ser mejor.

En tiempos en que la justicia ha sido cooptada, el reto más grande es liberarla.

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