Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
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“Al final, siempre debes de hacer lo correcto, incluso si es difícil.”
Nicholas Sparks.

Las comisiones de postulación podrían ser el primer eslabón para depurar un Estado fallido, derivado de la importancia que han adquirido en los diferentes procesos por medio de los que se eligen a varias autoridades, algunas de control y fiscalización, además de uno de los tres organismos del mismo Estado, el paso del tiempo y la picaresca chapina para encontrar la laguna en la norma, o la ambigüedad del texto han servido para manipular, con la ley en la mano las diversas comisiones que se encargan de “depurar” los listados que serán entregados tanto al organismo legislativo como al ejecutivo.

Iniciando por los mismos comisionados, se hace necesario que, para poder elegir a las personas idóneas, es ineludible demostrar públicamente que se tienen las mismas calidades, por lo que los que pretendan ser comisionados, presenten la constancia transitoria de inexistencia de reclamación de cargos, conocida en el argot popular como finiquito. Otro punto, que surge de la experiencia, y que debe ser evaluado por la Comisión de Apoyo al Sector Justicia, es que los comisionados se comprometan a mantener la confidencialidad en todo el proceso de elección, desde la primera sesión, hasta el envío de las listas de los nominados, en cumplimiento del artículo 30 de la Constitución que establece la garantía de confidencia de que gozan los documentos que son entregados bajo esta reserva y que con el objetivo de depurar los procesos es urgente implementar, por lo que para ser comisionados los profesionales, sin importar a quien representen deberían presentar Declaración Jurada de mantener el secreto de confidencialidad, relacionado con los expedientes que conozcan en las sesiones que se lleven a cabo, y todo aspecto derivado de su función como comisionado.

Otro aspecto a considerar, para asegurar en lo que se pueda la idoneidad del proceso, es incluir en la ley, que los representantes de las universidades privadas deben demostrar que han graduado al menos diez promociones de profesionales, que hubiesen cumplido, con que una buena parte de esos estudiante hayan estudiado en jornada diaria, cumpliendo con el mínimo de tiempo de la mayoría de universidades que es de cinco años, habiendo sustentado para graduarse examen técnico profesional, o en su defecto EPS y trabajo de tesis, se ha demostrado que la tesis es en su mayoría, la primera vez que el futuro profesional tiene tal acercamiento a la academia, sé que se ha dicho que las tesis se guardan en los estantes, pero no es así, tan importante es que deberían premiar los mejores trabajos realizados por los alumnos, en un país en que cada vez se lee menos, es urgente fomentar la academia.

Otro elemento que se debe incorporar al momento de elaborar las nóminas, y en cumplimiento tanto de la Constitución como de las leyes ordinarias, es que los comisionados voten objetivamente por los profesionales mejor calificados, sin omitir a ninguno, cumpliendo con los votos de un mínimo de las dos terceras partes del total de comisionados, pero en ese juego macabro en el que se han convertido las comisiones de postulación los comisionados no se han sentido obligados a votar si o si por los mejor ponderados, convirtiéndose en un clásico: “llena los requisitos pero mi voto en este momento no es para este profesional” en un acto eminentemente subjetivo y que debe ser objetivo, ha dado lugar a cualquier tipo de manipulación, no votando por los mejores perfiles, como es lo obligado, en una burla a un sistema moribundo, han emitido su voto por lo perfiles con menores notas, ahí se encuentra la génesis de la problemática, porque llegan los que tienen amiguetes, no los más cualificados.

Se debe establecer que los comisionados, en cumplimiento de la elección de los mejores perfiles voten, porque lo deben hacer por los primeros punteos, ¿Se evitaría así la compraventa de favores desde antes de llevar los nombres a las diferentes instituciones? Si, se evitaría, y no solamente eso, se depurarían los diferentes procesos de postulación.

En una interpretación extensiva de la Carta Magna, ya que la misma por el momento, es imposible modificarla, tomando en cuenta que los Constituyentes no previeron que las postulaciones se convertirían en un mercado en el que se barajan los nombres de los profesionales, en un te doy y me das, debería promoverse que la votación fuera de mayor a menor por las mejores notas, evitando ese subjetivismo de apoyar a las cartas marcadas.

Si no principiamos a cambiar un sistema fallido, él nos terminará sepultando a todos.

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