La Asociación de Mujeres Escritoras y Periodistas de Guatemala
AMPEG, rindió un sentido homenaje a la distinguida y polifacética dama: Consuelo de Sánchez-Latour, fundadora de tan destacada entidad, el pasado jueves primero de febrero, con motivo de conmemorarse el centenario de su nacimiento 1924-2024, dicho evento se llevó a cabo en el Salón José Cecilio del Valle del Centenario Club Guatemala, ubicado en el Centro Histórico de la ciudad capital; lugar perfectamente seleccionado para realizar tan hermoso evento, ya que nuestra recordada amiga, de altos quilates, fue la primera mujer socia de tan prestigioso club, accionista por más de 30 años, y miembro de la junta directiva en varias oportunidades.
Connie, como le llamábamos cariñosamente las personas que tuvimos el privilegio de conocerla, fue recordada con un hermoso panegírico que le dedicó su apreciada hija, doctora Ana María Sánchez-Latour de Eskenasy, Vicepresidenta de AMMPE y Presidenta del Capítulo de Guatemala, relatando de manera concisa la vida y obra de su señora madre, quien contrajo matrimonio en 1946 con el reconocido ingeniero Héctor Sánchez-Latour, enviudando en 1980.
Connie brilló por su trabajo realizado a nivel nacional e internacional en los campos de educación y cultura, actividades cívicas, servicio social y en el campo literario con la publicación de sus libros: Impresiones, atenciones y recuerdos; El mundo ante mis ojos; Esperanto a través del mundo y De las letras al Coquí, libro que obtuvo en 1981 el Premio Mundial de AMMPE, otorgado en Cannes, Francia.
Es considerada pionera por difundir el idioma internacional Esperanto en Guatemala; así también fue catedrática del idioma durante cuatro años en la Universidad Popular e Instituto América, y Presidenta de la Asociación Esperantista de Guatemala.
Fue electa en Francia Vicepresidenta Internacional de la Asociación Mundial de Mujeres Periodistas y Escritoras, AMMPE, Capítulo de Guatemala, puesto que ocupó por más de 33 años, además fue delegada de AMPEG, que fundó en 1969, a Congresos Mundiales y Sesiones de Directiva Internacional celebrados en diversos países del mundo.
Como socia fundadora de AMPEG, fue tres veces presidenta, así también coordinadora y directora de sus seminarios, creadora de la “Orden María Antonieta Somoza” en el 2008, y organizadora de múltiples actividades magistrales.
En 1962 fue invitada por el Departamento de Estado de Estados Unidos como “Líder y Especialista”, para visitar el país durante tres meses y observar actividades culturales, sociales, educativas y cívicas, a su retorno fundaron en Guatemala la Alianza Cívica de Asociación Femenina ACAF. Fue presidenta y socia activa de la Asociación Enrique Gómez Carrillo, fundada por ella misma, de igual manera fue socia activa por más de 30 años del Club de Leones, por el gran trabajo realizado a la entidad recibió en 1981 la Medalla de Oro, por los 50 años del Leonismo en Guatemala.
Sus artículos fueron publicados en diferentes diarios de Guatemala, fue socia de importantes instituciones a nivel nacional e internacional, recibió múltiples reconocimientos, galardones, medallas y diplomas de honor al mérito, izó a petición de AMPEG el Pabellón Nacional de Guatemala en la Plaza Ramiro Castillo Love del Banco Industrial.
Connie de Sánchez-Latour, toda ella un mapamundi de historias que van entrelazadas como eslabones sucesivos, como las facetas de un poliedro tridimensional, como un espejo infinito que refleja todos sus lados perfectos enfocados para el bien común.
Mis papás, los insignes literatos León Aguilera y María del Mar gozaron de la plena amistad de Connie, recuerdo que mi papá me contaba que, cuando ellos conversaban, lo hacían en Esperanto, en algún momento se lo comenté a Connie y ella con una gran sonrisa en sus labios agregaba: “Para mí fue una experiencia muy gratificante encontrar a una persona como León Aguilera, que dentro de su repertorio de idiomas haya incluido el Esperanto, yo lo califico como un ciudadano del mundo, universal, un erudito, su amistad junto a la de tu mamá María del Mar fue recíproca…” y León Aguilera, haciendo paráfrasis del título del libro de Connie El Mundo ante mis ojos, le dijo en algún momento: “El mundo ante tus ojos, el firmamento en tus manos…”
Y me decía: “La admiración es mutua, afirma Connie cuando conversamos y halago sus maravillosas crónicas, tan de ella, mujer instruida y conocedora; una tarde tuve la grata sorpresa que me obsequiara un ejemplar de su obra: Esperanto a través del Mundo, un hermoso libro de más de quinientas páginas, escrito en esperanto con su respectiva traducción al español, adicional esa misma tarde me presentó el borrador de su libro El Mundo ante mis Ojos, fue un privilegio para mí tenerlo en mis manos para escribir el prólogo que titulé: Viaje alrededor del mundo en la era del jet.”
Se viene a mi memoria cuando se reunían a refaccionar Connie y mi mamá, las tardes se convertían en cuentos de hadas, victorianas, al modo inglés o francés, con juegos de té decorados con bordes dorados, bocadillos exquisitos y charlas edificantes. Una vez, siendo yo pequeña aún, Connie le preguntó a mi mamá si tomaba café y ella le contestó que sí, entonces me dijo que me iba a preparar uno muy especial, único en su género, en ese entonces todavía no se conocían los cafés con nombres tan variados como ahora, y yo pensé para mis adentros, qué delicia me van a dar…
En la expectativa estaba, cuando me llevaron el café en una hermosa taza ilustrada con uno de los pasajes más famosos del cuento de Alicia en el País de la Maravilla, quedé extasiada, y estaba delicioso, era una receta de Connie, que al ver que me deleitó tanto, la compartió conmigo diciéndome: Es para que la puedas hacer en casa, se trataba de café con leche evaporada, una verdadera exquisitez.
La licenciada Pily de Larios, actual Vicepresidenta de AMPEG, le dedicó un poema a Connie que tuve el honor de leer en esa maravillosa tarde, se titula: A Connie de Sánchez Latour, y en el epígrafe se lee: En homenaje a nuestra querida Connie en sus 100 años que hoy estaría cumpliendo; el poema dice así:
“Los años pasan, se fugan con el tiempo, con los que aún estamos removiendo, todo aquello ya pasado. Y en ese andar por el tiempo, hoy en los albores del día, nos llega el recuerdo de aquella dama de ojos azulados, que brillan en la constelación de estrellas, y que aún podemos ver, al abrir sus libros. Paso a paso, se escucha con sigilo su andar ligero, en los pasillos de aquellos recintos, donde la esperábamos atentos, con libro y pluma en mano, en espera de escuchar el dominio de su palabra, que con sus propias letras, aún despiertan en el recuerdo su fina pluma, del buen escrito. Connie, solíamos llamarla de cariño, y aun con el paso de los años nos despertamos en ella, en sus 100 años que hoy celebramos, escuchando en el recuerdo su palabra sabia, viva, latente, que nos acompañara siempre. ¡Connie, vive en nosotras!”
Con este afectivo artículo y el poema de Pily, se le hace honor en el Centenario de su nacimiento a nuestra amada Connie y a su distinguida hija doctora Ana María Sánchez-Latour de Eskenasy, a quien felicito sinceramente por su dedicación y esfuerzo en continuar manteniendo vivo el extenso legado de su extraordinaria mamá.
