Solidaridad con José Rubén Zamora Marroquín, colega periodista criminalizado y privado de libertad por ejercer las libertades de pensamiento, expresión, información y prensa. Su condena judicial vulnera derechos humanos elementales y debilita a la prensa independiente.
Honduras otro país de Centroamérica, decidió en marzo del presente año romper relaciones diplomáticas con la isla de Taiwán y aliarse con China, tal hecho sigue a la mayoría de países de América Latina que ya tienen vínculos con esa potencia de Asia. Tras la decisión de Honduras, solo unos pocos países del mundo reconocen a Taiwán, entre ellos Belice, Guatemala, Haití, Paraguay y otras siete pequeñas islas del Caribe y el Pacífico, el resto mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular de China, que cada vez gana más espacios en América Latina.
El Gobierno estadounidense considera que la decisión hondureña “es soberana” de cada país. El resto de Naciones centroamericanas se habían anticipado a Honduras y rompieron relaciones con Taiwán años antes en el siguiente orden: Costa Rica (2007), Panamá (2017), El Salvador (2018) y Nicaragua (2021).
En términos económicos la alianza con China favorece a los países en desarrollo. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en los últimos años la inversión extranjera directa de China en América Latina crece de $15 millones entre 2005 y 2009 a $79.8 millones entre 2015 y 2020.
Algunos países latinoamericanos que poseen abundantes recursos energéticos como Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela, se estima que hasta el 2020 han recibido unos $137,000 millones por los bancos de Desarrollo de China y el de Exportación-Importación (Exim). China se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001.
La política exterior que promueve China se sustenta en la convivencia pacífica y el apoyo al desarrollo. Desde 1955, como resultado de la conferencia de Bandung (Indonesia), el Preámbulo de la Constitución Política de China establece que sus relaciones exteriores tienen como base cinco principios básicos que son: Respeto mutuo a la soberanía e integridad territorial; no agresión; no injerencia en asuntos internos de otros Estados, igualdad y beneficio mutuo (gana-gana) y coexistencia pacífica en el desarrollo de las relaciones diplomáticas e intercambios económicos y culturales con otros países.
Asimismo, a partir de 1970 optaron por la teoría del tercer mundo que consiste en apoyar a las Naciones en vías de desarrollo. Con las reformas políticas de 1978 y la teoría de la paz y el desarrollo, iniciaron la apertura hacia otros Estados. Desde el 2012, apoyándose en los cinco principios de su política exterior iniciaron la denominada “diplomacia de gran potencia”, con el objetivo de lograr una mayor integración en el mundo a fin de, contribuir a mantener la paz mundial y promover el desarrollo común para toda la humanidad.
Sin duda que, la decisión de Xiomara Castro de Zelaya, la actual presidenta de Honduras de inaugurar relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular de China, es acertada y necesaria porque contribuirá a mejorar los índices de desarrollo económico, social y cultural de esa hermana República centroamericana.
