Factor Méndez

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Defensor Derechos Humanos. Catedrático. Periodista/Escritor. Estudió Derecho, Derechos Humanos y Trabajo Social en Guatemala, Honduras y Costa Rica. Catedrático San Carlos y Rafael Landívar. Fundador Centro de Investigación, Estudios y Promoción de Derechos Humanos CIEPRODH. Autor de ensayos y artículos sobre temas sociales, políticos, memoria histórica y Derechos Humanos.

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Factor Méndez Doninelli

La humanidad entera conmemora el 74 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) el 10 de diciembre de 1948, según resolución 217 A (III), cuyo texto se nutre de valores universales de libertad, justicia y paz.

En aquella memorable ocasión el Estado de Guatemala suscribió y aprobó la citada DUDH. En el preámbulo de esta declaración, el primer considerando expresa: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.”

Dicha cita, alude con claridad al reconocimiento de los derechos y la dignidad que tienen todas las personas sin distinción de ninguna naturaleza, por pertenecer a la especie humana. El artículo 1 de la DUDH establece: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

Hoy en día, esos ideales humanistas que ponen en el centro de atención a los seres humanos, no se respetan. Son muchos los países incluyendo a Guatemala, donde se observa abusos en la observancia, respeto y vigencia de los derechos humanos (DD. HH.). No se percibe progresos en esta materia, al contrario, en muchos casos hay retroceso.

El tema de los DD. HH. es debatible, sobre todo, porque hay mucha ignorancia sumado a la actitud intolerante y autoritaria de varios gobernantes. Es importante no pasar desapercibido que estos derechos nacen para proteger a los ciudadanos de los abusos del Poder Público y que en consecuencia, los únicos sujetos violadores de DD. HH. son el Estado y sus agentes.

Por eso es legítimo reclamar y denunciar públicamente los actos, políticas y decisiones del Poder Público de los Estados que, vulneren o restrinjan los derechos y libertades fundamentales de las personas.

En esto Guatemala no es la excepción, históricamente ante la comunidad internacional se distingue por ser un Estado violador de DD. HH., de cometer crímenes de lesa humanidad, de ignorar las resoluciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y de incumplir sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Literalmente, se considera un Estado que viola sistemáticamente los DD. HH. de su población.

La recomposición actual del Estado guatemalteco, dirigido por redes de corrupción e impunidad que favorecen megaproyectos de hidroeléctricas, extracción minera y monocultivos, desata acciones represivas del régimen como el despojo de territorios a los pueblos originarios, el desalojo violento de comunidades indígenas, ejemplo el reciente caso de la comunidad Q’ueqchi’ de Chapín Abajo en el Estor, Izabal.

La persecución y criminalización de operadores y administradores de justicia que combatieron y conocieron casos de corrupción, el hostigamiento a periodistas y medios de comunicación que constituyen ataques a la libertad de expresión, la represión y criminalización de defensores de DD. HH. y del territorio, son claras violaciones a los DD. HH. cometidas por el Estado.

El mejor homenaje en conmemoración de la proclamación de la DUDH, es seguir denunciando los abusos y violaciones a DD. HH., exigir el respeto y vigencia de los derechos universales que nos corresponden como seres humanos.

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