Factor Méndez Doninelli
Todo indica que, en Guatemala los gobernantes son unos perfectos indoctos, no tienen idea lo que significa el término de soberanía en su acepción geopolítica, social, económica, alimentaria y territorial, tampoco están al tanto de ese concepto que se establece en la Constitución Política de la República, que parece ni siquiera han leído, por tanto, desconocen que según la técnica jurídica las normas legales se acatan e interpretan de manera integral.
Ante tanta ignorancia, vale recordar que sobre el Estado de Guatemala el artículo 140 de la Constitución establece: “Guatemala es un Estado libre, independiente y soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y de sus libertades. Su sistema de Gobierno es republicano, democrático y representativo.” Por otra parte, al referirse a la soberanía, el artículo 141 taxativamente nombra al titular de esta soberanía e indica: “La soberanía radica en el pueblo, quien la delega, para su ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La subordinación entre los mismos, es prohibida.”
Esto significa, que el concepto de soberanía no es indefinido, porque el pueblo es el titular, no quienes lo representan. Así las cosas, el presidente Giammattei no puede decir que sus decisiones son “soberanas”, tampoco argumentar que defiende la “soberanía” nacional ante amenazas extranjeras. Menos repetir que respeta la división de Poderes, cuando salta a la vista que existe subordinación entre estos, que los tres Poderes están coludidos para defender intereses personales y corporativos e ignorar el bien común.
Viene al caso esta reflexión, porque gobernantes y políticos corruptos se llenan la boca con una retórica “nacionalista” en supuesta defensa de una “soberanía” que ni siquiera conocen. Se les olvida que históricamente en este país, las élites depredadoras, la caterva de políticos corruptos y fascistas, sus lacayunos, testaferros y esbirros, así como, militares violadores de derechos humanos, han pisoteado la soberanía territorial en incontables ocasiones y que, desde siempre, con contadas excepciones, Guatemala se caracteriza por ser un Estado dependiente, subdesarrollado, desigual, con profundas raíces racistas, excluyentes y discriminatorias.
Un Estado que entrega su territorio para que, capitales e intereses extranjeros exploten sus riquezas y recursos naturales, que despoja con violencia a los pueblos originarios de sus territorios ancestrales. Que el siglo pasado, prestó el territorio para entrenar a mercenarios que salieron de Guatemala con la pretensión de invadir a Cuba y fueron derrotados. Que, desde hace varios años, alberga una base militar estadounidense asentada en el departamento de Petén. Que, en presuntas acciones para combatir el narcotráfico, permite que agentes extranjeros armados vengan al país y se movilicen con total libertad.
Un Estado que ahora, está ausente en muchas regiones del territorio, que tolera la incursión de bandas criminales, del crimen organizado y narcotraficantes, tal el caso del Cártel mexicano Jalisco Nueva Generación o de los constantes aterrizajes de naves aéreas que transportan y trasiegan drogas de todo tipo.
Entonces señores gobernantes, ante esta contundente realidad de qué soberanía hablan ustedes, cuál es la que dicen con toda vehemencia que defienden. Quizá se refieren a la perversa soberanía para continuar la depredación del territorio y del saqueo descarado de los fondos públicos, es decir, del soberano robo y de la galopante corrupción e impunidad que no quieren perder, o sea, la soberbia soberanía del zopilote.