Claudia Virginia Samayoa

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Claudia Virginia Samayoa
Cartas de una Lechuza
@tucurclaux

¿Cuándo cambia de rumbo un país? ¿Podemos aspirar a cambiar?

Me imagino que después de este lunes y la foto del abrazo de la vergüenza entre dos magistrados de la Corte de Constitucionalidad y la fiscal reelecta, usted, se estará cuestionando sobre nuestro futuro.   Como si fuera poco vimos el fraude descarado de la Universidad y el descaro de los poderes para imponer a su ladrón de turno.

La gasolina, la carne, el transporte, el tomate y todo lo que necesitamos para nuestro diario vivir sube de precios.  La desesperación aumenta ante la escasez de agua y los precios altos de la electricidad.   Todo se suma en nuestra contra.

¿Será realmente así?  ¿De veras, nadie está haciendo nada?

Le invito a observar con otros lentes la realidad.   Empecemos con la reelección de Consuelo Porras y el espectáculo montado por sus amigos, los amigos de la impunidad.  La razón por la que sabemos que existe una componenda de impunidad y corrupción que llega a los más altos niveles del gobierno (presidente de la República y Corte de Constitucionalidad) es por la resistencia de varios decanos que mantuvieron en la última ronda de decisiones la decisión de no votar por alguien quien en papel parece idóneo.   Antes los negocios turbios se escondían del gran público y se requirió de investigaciones de la CICIG y la FECI para hallar cómo funcionaban.   Ahora todos pudimos observar la desesperación de las estructuras y la decisión de reelegir a la Vigilante para un nuevo período en contra de la oposición social y de la comunidad internacional.

Analicemos ahora la elección de Rector de la Usac.   La cooptación de las estructuras de gobierno de la universidad estatal tiene décadas de existir.   La protesta de estudiantes y docentes estaba confinada a los pasillos de las facultades.   La decisión de un grupo universitario de invitar a Jordán Rodas como candidato a rector fue clave para evidenciar lo que era un secreto a voces.  La unidad mostrada en la última fase del proceso fue de tal magnitud que, de nuevo, la Corte de Constitucionalidad tuvo que actuar en favor de los corruptos.

La resistencia y no violencia activa de ciudadanos y ciudadanas en diversos espacios evidencia hoy que el sistema es de corrupción e impunidad.  Sabemos que tienen la decisión de tomar control de todo.   Quitar el consentimiento al régimen de violencia es el primer paso para el cambio.  Guatemala va a cambiar hasta que logremos que las grandes mayorías decidan que la corrupción no es el modelo social que queremos para nuestros nietos.

Ahora toca mantener esa actitud de resistencia anta el alza de precios; ya que la inflación se ve agravada por los grandes robos de nuestros gobernantes.   Así como en el campo todas las semanas hay manifestaciones exigiendo que se cumpla la ley y la Constitución; debemos viralizar la protesta.

Apoyemos a Miguel Ángel Gálvez, protestemos por el alza de los precios del transporte y la gasolina.  Exijamos un aumento en los salarios y unámonos como fuerzas democráticas para las elecciones.  Sigamos demostrando que Guatemala tiene un sistema de muerte y violencia para que podamos soñar con el cambio.

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