Factor Méndez Doninelli
En solidaridad con Bernardo Caal Xol, quien obtuvo su libertad, luego de estar preso por más de cuatro años, criminalizado por empresarios de hidroeléctricas, por defender el territorio y el río Cahabón,
En estos meses de marzo y abril se cumplen sesenta años de las Jornadas Patrióticas de 1962, una gesta beligerante, encabezada por la juventud estudiosa, los niños-jóvenes de secundaria representados en el FUEGO y los universitarios por la centenaria AEU, luego apoyados por amplios sectores de la población que se unieron a los estudiantes, tanto en las protestas como en las luchas callejeras, que cotidianamente se libraron contra las fuerzas de seguridad del régimen de turno; la razón de las protestas, un descarado fraude electoral, cometido en noviembre de 1961 que impuso a los diputados afines a la dictadura militar, sumado al descontento generalizado, por la corrupción y el nepotismo en el Gobierno. La protesta derivó también en la exigencia de renuncia del gobernante de la época, el general Miguel Ydígoras Fuentes.
El rescate de estos apuntes para la historia del movimiento estudiantil y popular guatemalteco, tiene el propósito de recordar a las nuevas generaciones que no se debe olvidar la memoria de las heroicas gestas del pueblo contra la represión, el autoritarismo, la corrupción, impunidad y violaciones a los derechos humanos. Para dar voz a algunos mártires, rescato fragmentos de sus escritos inédito uno y publicados otros, sobre las jornadas de 1962.
Raúl Díaz Ramírez (1941-2021). Último presidente del Frente Unido del Estudiantado Guatemalteco Organizado FUEGO. Intervención en el primer foro en conmemoración de los 60 años de las jornadas de marzo y abril de 1962. Falleció por COVID-19, pocas semanas después de su participación. México, 15 de octubre de 2021.
“Para qué sirve la utopía se pregunta Galeano, y él mismo se responde, para avanzar.” “La utopía que, en 1962, hace 60 años, impulsó a un puñado de jóvenes imberbes, algunos casi niños, a emprender el asalto al horizonte, el asalto al mañana que querían diferente y sabían -o quizás solo intuían- que podríamos construir. Un mañana luminoso de paz, justicia y libertad. Un mundo en el que, como aspirara Schiller e inmortalizara el gran Beethoven, “los hombres volverán a ser hermanos.”
Manolo Andrade Roca. En 1962, dirigente estudiantil de secundaria en el Instituto Central para Varones y del FUEGO. Abogado. Asesinado el 14 de febrero de 1979, por esbirros de la dictadura militar del general Romeo Lucas García.
“Todos sabemos ya que las jornadas de marzo y abril no lograron los objetivos que se habían planteado; sin embargo, las mismas son de mucha importancia en la historia del país, y dentro de ellas fue determinante la participación del estudiante de secundaria organizado con su federación, el FUEGO. Después de estas jornadas, la represión se agudizó en contra de todos los sectores populares y la dirigencia del FUEGO fue perseguida muy especialmente; uno de sus dirigentes murió en 1963, asesinado.”
Manuel Colom Argueta. Académico, abogado, político revolucionario, el mejor alcalde de la ciudad de Guatemala. Asesinado por orden de los militares el 22 de marzo de 1979.
“Marzo y abril fueron gestas populares, hechos populares, en las que el nivel de organización logró una resistencia contra un sistema antidemocrático y represivo. Pero no es un hecho aislado, forma parte de un proceso histórico social que no ha terminado aún, frente a un sistema de dominación de una minoría económica oligárquica, subordinada al capital extranjero (que es el que se ha apropiado de Guatemala), que aprendió a usar técnicamente formas fascistoides de represión para coartar el desarrollo de la organización popular por la liberación de los pueblos”.
Bernardo Alvarado. En 1962, presidente de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Económicas y del Consejo Superior Estudiantil (USAC). Economista, asesinado en enero de 1981 por la represión de la dictadura de Lucas García.
“…Las Jornadas de marzo y abril de 1962, constituyen una gesta importante de lucha del pueblo, sino la más importante, dada la participación masiva, la profundidad política y el hondo contenido democrático y revolucionario de sus objetivos.”
Esto es memoria histórica, para no olvidar.
