Factor Méndez Doninelli
“Lo repito una vez más: hemos vivido para la alegría; por la alegría hemos ido al combate y por ella morimos.
Que la tristeza jamás vaya unida a nuestro nombre.
Sólo pido una cosa: los que sobrevivís a esta época no olvidéis.”
Julius Fucik (1943.)
Homenaje a la memoria de la antropóloga guatemalteca Mirna Mack Chang, ejecutada extrajudicialmente por esbirros del Ejército el 11 de septiembre de 1990, hace 31 años. Los oficiales militares identificados como autores intelectuales, siguen libres gozando de impunidad.
El Día Internacional de los Periodistas, se conmemoró en muchos países del mundo el 8 de septiembre. Ese día se decretó para hacer homenaje a Julius Fucik, un periodista y dirigente político del Partido Comunista de Checoslovaquia, a quien durante la Segunda Guerra Mundial los fascistas alemanes ejecutaron el 8 de septiembre de 1943, por su profesión de periodista y ser militante de la resistencia armada que defendía a su país de los invasores extranjeros.
“Doctor Horak” fue el pseudónimo que Fucik adoptó en la clandestinidad. Es autor del libro “Reportaje al pie de la horca” su obra póstuma, que es una narración épica testimonial de los días en la prisión de Pankrác donde estuvo más de un año, recrea la vida de los reclusos, las extenuantes sesiones de tortura a que fue sometido, los incidentes carcelarios con los presos políticos, analiza la situación política y recuerda a su amada compañera Gusta, también detenida por los nazis y a quien no volvió a ver.
Durante su cautiverio en Pankrác un guardia de la temible Gestapo le proporcionaba lápiz y retazos de papel en los que durante meses, Fucik escribió sus memorias. Este mismo guardia se encargaba de sacar de la prisión los escritos y entregarlos a militantes para ser reproducidos y distribuidos. Después se supo que este guardia de prisión era un infiltrado de la resistencia, encargado de procurar algún bienestar a los presos políticos. Es gracias a ese gesto, que para la posteridad de la humanidad se conocen de primera mano, las terribles condiciones padecidas por los presos políticos en las cárceles de los nazis.
A la caída de Hitler y la toma de Berlín por el Ejército Rojo, Gusta la compañera de Fucik, fue liberada de un campo de concentración en Polonia y al saber de la existencia de los escritos, retornó a Praga y se dedicó a rastrearlos hasta lograr reunir 107 fragmentos que sirvieron para editar el libro, que por cierto he leído reiteradas veces y que se ha traducido a más de 30 idiomas. En aquellos pedacitos de papel convertidos en libro, también se perciben mensajes de esperanza, de perseverancia, de valores y principios inclaudicables que reflejan la solidez ideológica de los militantes de la resistencia.
En ocasión del Día Internacional de los Periodistas, se realizaron actividades y publicaron escritos en homenaje a Fucik en América Latina. En Argentina, la oficina regional de la Federación Internacional de Periodistas FIP, publicó una reseña de su vida. En Guatemala, la Red de Periodistas se pronunció en el mismo sentido.
En esta época de graves amenazas para la prensa y los periodistas, esta conmemoración debe servir para recordar la importancia de defender las libertades de expresión, opinión, investigación, información y divulgación, pilares de la vida en democracia.
