Claudia Virginia Samayoa

post author

Claudia Virginia Samayoa
@tucurclaux

Hoy iba a escribir sobre el Bicentenario de la Independencia Criolla reflexionando sobre su descripción como 200 años de explotación y opresión contra los pueblos indígenas; así como de manipulación y utilización de ladinos y mestizos. Mas, no puedo dejar de utilizar este espacio para alzar mi voz en enojo e indignación ante los sucesos de la última semana proponiendo un nuevo grito de bicentenario. Quiero gritar como Marcos Antil, empresario guatemalteco migrante, en un mensaje en redes sociales emitido el 8 de septiembre: ¡Guatemala merece vivir! (https://twitter.com/MarcosAntil/status/1435661964391374857?s=20)

Hemos sido testigos de un lamentable espectáculo de las autoridades y jefes de poderes del estado donde representan una presunta intención de actuar a favor de la ciudadanía pero que al final nos dejan en la desprotección. Empecemos con los famosos estados de calamidad, los dos mal escritos e incluyendo elementos que no requieren invocar una suspensión de la Constitución para ser implementados así como suspensión de derechos humanos que tampoco abordan el problema de fondo: que estamos muriendo por la pandemia. Dos decretos gubernativos fueron a morir en el Congreso de la República donde vimos expresiones de prepotencia, abuso, negociaciones obscuras, obsecación, gritos y circo, donde cada uno jugo su rol. Mientras, la Jefa del Ministerio Público gasta decenas de miles de quetzales en una campaña para lavar su imagen y mantener su persecución de fiscales independientes; la Corte de Constitucionalidad baila el son de la impunidad con el acompañamiento más discreto pero muy eficaz de magistrados de la la Corte Suprema de Justicia y de Cortes de Apelaciones que se han prolongado en su mandato por casi dos años.

Desde el mes de junio, los epidemiólogos alertan de la tercera ola de contagios de COVID-19, pidiendo la inmediata aplicación de medidas de mitigación y el aumento de las vacunaciones. El mapa empezó a llenarse de rojo, sin que vieramos cambios en conducta ni acciones cohercitivas para hacer cumplir las limitadas medidas establecidas por el Ministerio de Salud. Y, ¿cómo va haber cambios si la situación no es comunicada ni explicada? Hemos pasado todo el mes de julio viendo aumentar el número de contagios diarios y escuchamos impávidos los gritos de médicos y enfermeras implorándo que nos cuidemos, que el gobierno le de insumos y que tome medidas más drásticas de contención.

Agosto ha sido un mes difícil para muchos ya que la muerte nos visita tan a menudo que ya no nos da el aire para respirar. Sólo el martes y el miércoles, primeros días de septiembre, el Ministerio de Salud reportaba 80 personas muertas diarias con índices de positividad por arriba del 30%. La tercera ola, ya es tsunami y no deja de crecer. Ya no hay opción, o se toman medidas de contención serias que incluyan toques de queda y cierres, se reestablecen los apoyos financieros a poblaciones que están y serán afectadas por las medidas a tomar y se genera una Ley de Emergencia que permita el abastecimiento de hospitales y la expansión de la vacunación o las angustias sufridas hasta ahora serán empalidecidas por las que viviremos en los próximos meses.

Así es que desde esta Tribuna exijo a todas las autoridades que se detengan y escuchen seriamente las voces de la razón y hagan lo que tienen que hacer. ¡Guatemala merece vivir!

Artículo anterior¡Los accidentes viales se han incrementado un 18 por ciento!
Artículo siguienteDía Internacional de los Periodistas