Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

Mi papá siempre tuvo el arte de contar anécdotas y muchas narrativas con verdades. Mi padre, Flaminio (RIP) fue un hombre “de los de siempre”. El 2 de enero de 1948 en esta ceremonia de gran vuelo, fue inaugurado el -Instituto Guatemalteco de Seguridad Social- (IGSS), el Doctor Juan José Arévalo Bermejo, Presidente Constitucional de Guatemala -15 de marzo de 1945 al 15 de marzo de 1951-. En “la inmensa concentración de fuerzas populares en la Concha Acústica del Parque Central, hablaron los portavoces del proletariado: Manuel Pinto Usaga, Flaminio Bonilla, Víctor Manuel Gutiérrez, Hortensia Hernández Rojas, y todos ellos exaltaron la magnitud de la obra cumplida por guatemaltecos y extranjeros. César Meza, Salvador Saravia, Jorge Arias, José Rolz Bennet, Óscar Barahona Streber, Walter Dittel…” (Un fragmento, página 297 de este Libro del doctor Juan José Arévalo Bermejo: DESPACHO PRESIDENCIAL).

Los padres de mi papá fueron: Arcadio (Peluquero) Bonilla Gómez y Trinidad Isaacs Barillas de Bonilla, ama de casa. Mi padre trabajó en el Depto. y Licitaciones del Estado, adscrito al Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Era miembro del –FRENTE POPULAR LIBERTADOR-.

Mi padre después: “1954 un nefasto 27 del exacto sexto mes, nos irrumpió abruptamente abortándonos de un tajo esos aires ostentados de vibrante Libertad ese fervorosa y cierta “PRIMAVERA DEMOCRACIA” que vivimos de verdad era nuestra Primavera. Cuando la invasión contra en 1954, mi padre fue encarcelado y al salir de la cárcel se asiló en la Embajada Argentina y se encontró con Ernesto “el Che” Guevara. Por ello mi papá era entonces “un patojo” de la revolución del octubre de 1944, un hombre y ciudadano del proletariado. Flaminio Bonilla Isaacs nuestros padres, -padre y madre- ellos a nosotros con mi hermano, nos formó con rigurosidad, dignidad, gran calidad, pero sobre todo con un profundo y condescender, una auténtica conciencia de clase y vocación de servicio, nuestro padre, un hombre humilde, modesto, sencillo y respetuoso. Mi papá jamás fue un burgués; pero yo si soy un burgués, pero igualmente con una auténtica conciencia de clase con aptitud e inspiración con un profundo humanismo. Por ello los burgueses son indiferentes; su Dios es el dinero con su opulencia, como estos “Cacifes”; como estos tipos que siempre opriman contra los pobres y su yugo; con su soberbia que se descargue sobre la espalda de maíz; es abusivo con sojuzgamiento, con su caciquismo contra al hombre sencillo, tiene su racismo y niegue al indígena. Así son los burgueses están aquí en Guatemala y son sombríos atormentados; pero con su presencia son los que matan y no los que engendran, son los que hieren no de los curan, los que no ayudan y que pueblan los cementerios, de los que eran rasga el viento huracanado, que son que enturbian el aire de mi tierra. A ustedes burgueses, por su configuración humana, que aunque son miserables y están contra mí, no te odio, ni te niego, no te abofeteo ni tampoco te maldigo, Yo… solo te observo y me das lástima.

Por esto, yo soy adicto para las utopías, mitos, quimeras o sueño como quiera llamárseles, de ser partícipes del nacimiento de una sociedad redimida, más justa, cristiana, humana y solidaria, ¿por qué si abandonamos la utopía, que nos queda a los que creemos y sentimos ser pensadores intelectuales con la academia… a los revolucionarios democráticos, consecuentes y propositivos? Por eso, soy un hombre de nuestra socialdemocracia, con estos camaradas. Yo soy un hombre de izquierda. Y mi padre fue un revolucionario, esos hombres con Dignidad, con Solidaridad y con Justicia. Flaminio Bonilla Isaacs vivió y realizó con sabiduría, decencia, sapiencia, rectitud, coraje, franqueza y siempre con equidad.

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