Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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La memoria no está solamente en la cabeza de alguien. La memoria como el aprendizaje son fenómenos sociales, realmente comunitarios. Aprender es participar. La memoria no es solamente el artefacto mental para recordar el pasado, es fundamentalmente una reconstrucción social y de ella, de la memoria social, aprendemos quienes fuimos, quienes somos y seguramente podremos diseñar quienes seremos. Sin memoria social no hay pasado, no hay realmente presente y no habrá futuro. Somos seres históricos. Por eso cuando olvidamos el pasado porque lo queremos olvidar, entonces repetimos tristemente los errores.

La contra revolución de 1954 fue el producto de una dicotomía falsa entre izquierda y derecha, una dicotomía que hizo pensar que nuestra revolución era comunista y con ello le dieron un golpe, no de muerte; pero un golpe al fin. Nos costó muertes, 200,000, doscientas mil muertes que enlutaron todos los hogares guatemaltecos, todos.  ¿Por qué poner al país nuevamente en esa disyuntiva entre izquierda y derecha? ¿Por qué un pequeño grupo de falsos guatemaltecos quieren regresarnos a un pasado que ya no queremos volver a vivir? 

Los dos o tres golpistas psicóticos que andan sueltos creen que su falsa narrativa la creímos. No. No hemos creído nada de nada. Ni que Arévalo es comunista, ni lo de las firmas falsas, ni lo del sistema de transmisión de resultados PRELIMINARES, TREP, ni que todos los fiscales de las juntas electorales, todos hicieron fraude. Esa narrativa sólo la creen los dos o tres golpistas que escaparon del manicomio y anda haciéndole caso al Pacto de Corruptos. El audio filtrado sobre la presentación del importantísimo caso del ciudadano Fratti que dice, que cree, que talvez hubo fraude presenta, desnuda al Ministerio Público en todo su resplandor porque muestra con claridad que no sólo son corruptos, sino que fundamentalmente son estúpidos. 

Son estúpidos no porque no tengan suficientes neuronas sino más bien porque su planteamiento no les permite visualizar que ellos mismos destruyen al país donde viven. La estructura mental de estos retrógrados, se quedó en la guerra fría, guiados por ideologías de extrema derecha que sólo ellos creen. Estos finqueros venidos a más por el manejo de negocios turbios dieron la súper estructura ideológica para asesinar a diestra y siniestras a miles de guatemaltecos para mantener un estado corrupto al servicio de pocos, al servicio de ellos. A eso no queremos regresar porque tenemos memoria histórica. 

Son estúpidos porque no se han dado cuenta que ya no estamos en la guerra fría, ya no existe esa dicotomía entre izquierda derecha como ellos la perciben. Estos psicóticos creen que Semilla es un partido de comunistas y por eso tienen terror de que Arévalo llegue a ser presidente. Dentro de su estupidez han manipulado las leyes que a diferencia de ellos sí evolucionaron. Tenemos una Constitución en donde se estipula, se pide, se legisla que los tres poderes del Estado, el legislativo, el judicial y el ejecutivo deben ser independientes. La razón es que no se quiere tener una dictadura, que es de dónde venimos. No queremos regresar a la guerra fría porque tenemos memoria histórica. 

Luego de la contra revolución de 1954 se intensificó el sufrimiento de la sociedad guatemalteca. No hubo familia que hubiese sido tocada por la violencia, no hubo. Para salir de eso debimos empezar de nuevo y la Constitución de 1986 replanteó una nueva organización social, un nuevo contrato que claramente le da al Tribunal Supremo Electoral la potestad del manejo electoral y elimina la discrecionalidad del Ministerio Público quien era el tribunal que decidía si aprobaban o no la creación de determinado partido político o si aprobaban o no los resultados electorales. Fueron 30, treinta años de terror. No queremos más vivir en ese infierno. 

Al Pacto de Corruptos lo conforman estúpidos porque en su afán de evitar que Semilla llegue al poder ejecutivo violan leyes, reglamentos, normativos, de todo violan porque el miedo no les deja entender de qué se trata la democracia. La democracia requiere un pensamiento, una forma de concebir la sociedad muy diferente a la de los integrantes del Pacto de Corruptos. Estos corruptos se quedaron en los años cincuenta, sesenta, setenta y ochenta porque entonces el ejército decidía quienes participaban y quienes no y luego el Ministerio Público era quien definía si un partido político podía participar o no, dependiendo de su ideología. 

Los constituyentes de 1985 se dieron cuenta que el país no podía salir de su subdesarrollo político sino se hacía cambios estructurales que la sociedad exigía. Habíamos estado en una guerra civil, un levantamiento armado que duró treinta años de lucha entre hermanos, doscientos mil, 200,000 muertos. Ese fue el precio de la democracia. Por eso debemos tener memoria histórica porque esa narrativa del supuesto fraude que dice que vio Fratti es otro cuento chino que solamente ellos, los corruptos, se creen. Pero el peligro de regresar treinta años está latente. Por eso debemos defender los resultados de nuestras elecciones presidenciales, no por Semilla, no por Arévalo solamente sino más bien por este país nuestro que no debe entrar a otra guerra. O es ahora o no será nunca Guatemala. 

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