El país que quiere el Pacto de Corruptos, su sueño dorado, es aquel en donde la gente no proteste. Ese país que conformaron con la guerra civil que dejó a más de 200,000 muertos, cada uno de ellos fue asesinado para enseñarnos a no meternos. Ese país de ensueño de los corruptos tiene la tasa de desnutrición más alta de América Latina, más que Haití. Ese país dorado de los corruptos tiene el 60% de su población por debajo de la línea de pobreza. Ese hermoso país del pacto de corruptos es un país violento, con una tasa mayor a 10 homicidios por cada 100,000 habitantes. En este país, el 99% de las fuentes de agua, están contaminadas por heces fecales, debido a la corrupción que no ha dejado invertir en sistemas sostenibles de tratamiento y manejo integrado de recursos hídricos.
El país de ensueño de los corruptos no tiene inversión eficiente en educación donde manda un capo llamado Joviel Acevedo y donde los estudiantes no aprueban el examen de matemática del último grado, previo a graduarse. Apenas 10 de cada 100 lo pasan. El país es el que menos invierte en ciencia y tecnología en América Latina, con un deshonroso 0.03% del PIB. ¿Qué decir de este paraíso?
Este país modelo del pacto de corruptos tiene una sola universidad nacional cooptada hasta los dientes. El rector fraguó y ejecutó un fraude electoral para imponerse en la rectoría. Walter Mazariegos es el homólogo de Joviel Acevedo, ambos capos que han cooptado la educación pública, toda, desde la primaria hasta la universidad. Desde su puesto como rector impuso a los magistrados de las altas cortes. Desde su puesto ha hecho chinchilete con el presupuesto universitario para favorecer a su clica que le sigue sin siquiera conocer los grandes retos de la universidad nacional que apenas tiene un 4% de eficiencia terminal en la carrera de derecho, solamente 4 de cada 100 se gradúan en el tiempo que dice el currículo y un tiempo promedio de graduación de 18 años. Ese es el país de ensueño de los corruptos que tienen atrapada a la educación pública en tu totalidad.
El país de ensueño ofrece certeza jurídica para los inversionistas nacionales y extranjeros siempre que sean rusos interesados en las minas o narcos y coyotes ahora aliados del CACIF cuyos fondos son usados para cooptar las altas cortes para que el Estado funciones a su servicio. En este país primaveral de ensueño el Ministerio Público obedece al ministerio de Cash Luna porque a la Constitución no obedece. Es un paraíso en todo sentido para el pacto de corruptos quienes a estas horas están llenando boletas a nombre de su candidato para reemplazar las boletas presidenciales porque jurarán y perjurarán de que hubo fraude y que ellos, el MP, son los garantes de la democracia. Con ello solicitarán que mejor eliminen al tribunal electoral porque hay duplicidad de funciones y que ellos pueden y deben dirigir los procesos electorales del país. Son defensores de su democracia, esa que se basa en el autoritarismo, el irrespeto, la manipulación y el miedo.
Como ellos creen que nos confundimos al haber marcado la boleta presidencial y haber escogido a Bernardo Arévalo y Karin Herrera, están haciendo las correcciones respectivas. Pero eso, en el país real donde vivimos no quedará impune. Ya los 48 Cantones y los pueblos indígenas y los movimientos rurales y urbanos han demostrado con fuerza que no están de acuerdo con la intervención del MP en el proceso electoral de tal forma que se mantiene la solicitud de renuncia de los tres golpistas, Porras, Curruchiche y Orellana.
El movimiento social iniciado por los 48 Cantones demostró un pueblo valiente y participativo. El mensaje fue claro, no queremos golpe de Estado. Por supuesto el ataque del MP no se hizo esperar. La Corte de Constitucionalidad también actuó a favor del MP y en lugar de defender el derecho a manifestación salió con el cuento de terror de que los manifestantes estaban cometiendo delitos de lesa humanidad. Ese concepto que conocemos bastante bien en Guatemala porque delitos de lesa humanidad cometió el golpista, terrorista, racista, fascista, Efraín Ríos Montt quien fue juzgado y vencido en juicio y condenado por genocidio.
En el país de ensueño del pacto de corruptos no existen grupos indígenas porque ellos son inferiores, según criterios de estos racistas y como son inferiores desde la óptica que han construido de generación en generación, de Efraín a Zury, entonces tienen derecho a matarlos. En ese país Disney de los golpistas, ellos tienen derecho total a escogernos autoridades, ¿Por qué?, bueno, porque no sabemos escoger correctamente. La riqueza cultural de los pueblos y sus múltiples idiomas lo ven como un obstáculo. Estos corruptos quieren un país de mentira, para ellos, donde nosotros solamente seamos sus seres inferiores, sus esclavos, por eso avanzan con el golpe de Estado en cámara lenta, que por más lento que sea debe concretarse, ejecutarse.
El país real, no el inventado por los corruptos, es el que tiene trabajadores que madrugan, el que tiene madres que cuidan a sus hijos e hijas pero que no les alcanza para el sustento diario, el país de carne y hueso merece una clase política diferente no a estos cobardes que en la recién campaña política que salieron ofreciendo de todo, pero como no quedaron se desaparecieron, si, esos candidatos a presidente, a diputado y a alcaldes brillan por su ausencia en esta crisis política. En este país real tenemos que entender que nos sembraron miedo para cosechar terror, terror a la participación política, pero ese invento debe detenerse. Nadie construirá este país sino nosotros, nosotros los que rompemos el miedo y el ciclo de la manipulación, nosotros, especialmente los jóvenes. O es ahora o no será nunca Guatemala.