Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

post author

Guillermo Woods, conocido en el occidente del país como el Padre Woods, nació en Houston, Estado de Texas en los Estados Unidos de América; se ordenó como sacerdote en el Seminario Mayor de los Maryknoll en Nueva York.  En mil novecientos cincuenta y nueve fue asignado como párroco para trabajar en Guatemala en el Departamento de Huehuetenango, específicamente en Santa Cruz Barillas colindante con la región de Ixcán del Departamento de Quiché.

Hoy lunes veinte de noviembre de dos mil veintitrés arribamos a la conmemoración de la muerte del sacerdote estadounidense de la orden Maryknoll Guillermo Woods; hace cuarenta y siete años cuando en su avioneta realizaba en compañía de cuatro misioneros un vuelo sobre San Juan Cotzal en el departamento de Quiché, la avioneta se vino a pique estrellándose y falleciendo sus ocupantes.

Las causas del accidente nunca fueron esclarecidas, aunque sucedió en una época en que la efervescencia de la guerra estaba a su más alto nivel y pesaba una amenaza sobre su vida; él dijo que la “inteligencia militar” le ordenó que no efectuara más vuelos llevando desde Ixcán las cosechas de los campesinos para comercializarlas en ciudad Guatemala, pero los vuelos continuaron.

El temor del gobierno respecto a la instauración del comunismo en Guatemala lo conminó a tomar algunas medidas para la distribución de la tierra, circunstancia que aprovechó la iglesia católica para ofrecer sus servicios en la organización de los campesinos desplazados para crear cooperativas agrícolas; realizar la planificación, adjudicación y dimensión de las parcelas para trabajarlas.

En mil novecientos sesenta y seis principió el experimento social con el establecimiento del Primer Centro, denominado Comunidad Mayaland, nombre híbrido de maya con la palabra inglesa land que significa Tierra. El primer contingente de campesinos estuvo conformado por colonizadores provenientes de los municipios de Todos Santos, San Juan Ixcoy y Santa Cruz Barillas, del departamento de Huehuetenango.

Siguió la fundación de otros centros denominados Xalbal, Tercer Pueblo o Pueblo Nuevo, Cuarto Pueblo y el Quinto Pueblo conocido hoy éste último como Los Ángeles, siendo que cada una de estas comunidades fundó su propia cooperativa unificadas en la Cooperativa de Responsabilidad Limitada “Ixcán Grande” integrada por casi dos mil familias.

Dicha iniciativa le acarreó admiración social interna y externa de varios países latinoamericanos; sin embargo, también le produjo enemigos poderosos del gobierno, ejército y de los terratenientes y finqueros aglutinados en las diferentes cámaras de comercio e industria quienes vieron con mucho recelo las acciones en favor de la población campesina.

Fue acusado de ayudar al movimiento guerrillero sin que hubiera sido presentada ni siquiera una prueba en su contra, sin embargo, fue perseguido hasta el día de su muerte; los Estados Unidos exigieron al gobierno guatemalteco una investigación al respecto, pero, algunos de los restos clave de la avioneta “no fueron encontrados”.

Ayer domingo, los pobladores de las distintas comunidades fundadas por el Padre Guillermo Woods, realizaron una caminata que finalizó en el templo de la Comunidad Mayaland donde están enterrados los restos del sacerdote, se ofició  la Santa Misa y se escuchó una reseña histórica de la biografía y obra del Padre Woods expuesta por Don Juan Juárez, uno de los fundadores de Pueblo Nuevo y reconocido como líder comunitario a nivel nacional e internacional con quien compartió algunos avatares en la fundación de las comunidades. 

Este homenaje etéreo para el Padre Woods, un hombre que siendo extranjero por nacimiento se convirtió en un ciudadano guatemalteco compenetrado de las necesidades de los campesinos y puso su alma, cuerpo y espíritu al servicio del sector indígena y campesino del Ixcán, tierra donde pidió ser enterrado para seguir viviendo en el recuerdo de sus pobladores. Esté donde esté, Padre Woods, reciba nuestro reconocimiento y agradecimiento por haber ofrendado su vida en favor de los campesinos del Ixcán en Guatemala. 

Artículo anteriorEl obsequio
Artículo siguiente¿Qué leían los literatos e intelectuales latinoamericanos del siglo XIX?