Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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EL EJE FUNDAMENTAL PARA EL ENGRANDECIMIENTO DE LOS PUEBLOS Y LAS SOCIEDADES, ES LA EDUCACIÓN. En Guatemala, esta responsabilidad recae en el Estado guatemalteco; no es una dádiva ni regalo, pues por mandato constitucional toda persona que habite en el territorio nacional tiene derecho a recibir la educación en el nivel que lo necesite.

El Ministerio de Educación es el ejecutor de la política educativa medular para el desarrollo del país, aplicando los modelos de enseñanza que se adapten a las necesidades sociales de la población escolar. La educación en Guatemala ha tenido varios procesos históricos que se desarrollaron en los diferentes estadios de la vida; desde la educación en la sociedad maya, pasando por la instrucción religiosa obligatoria, hasta la creación de las secretarías de educación y el surgimiento administrativo del Ministerio de Educación.

La educación pública enfrentó varios retos durante muchísimos años, tales como el crecimiento exponencial de la población, la migración a los centros urbanos, la inequitativa distribución de las oportunidades educativas y la discriminación de diversos tipos, circunstancias que dieron paso a la creación a nivel nacional de programas de alfabetización de adultos, escuelas primarias nocturnas, la creación de bibliotecas nacionales y algunas municipales.

Algunas autoridades gubernativas tuvieron el tino de crear las escuelas normales siendo su principal función la formación de profesores para los primeros niveles educativos (preescolar y primaria) en el área urbana y rural siendo los enfoques de formación especializada; tal el caso de la primera Escuela Normal de Primeras Letras creada en el período gubernamental del doctor Mariano Gálvez; en 1875 la Escuela Nacional de Indios pasó a ser la Escuela Normal Central para Varones dedicada a la formación de prefectos y maestros de educación primaria quienes eran enviados a los departamentos para impartir las clases de primeras letras.

El poder político ha sido ejercido durante todos los gobiernos por personas ignorantes del rubro educativo, como sucedió desde el gobierno del militar Otto Pérez Molina, cuando tomaron decisiones negativas trascendentales como fue el cierre de todas las escuelas normales en el país y en sustitución crearon centros educativos para graduar “Bachilleres con orientación pedagógica”. Los funcionarios que crearon esa “gran ideota” no tuvieron una formación académica que les pudiera hacer entender que, la idiosincrasia guatemalteca es diferente a la de los países de donde copiaron ese cambio (Colombia, Argentina, Costa Rica, México y España).

El problema de la educación en Guatemala fue y es objeto de un manoseo estúpido que han realizado las “autoridades” educativas de ayer y hoy, por maestros de educación primaria reubicados, psicólogas, administradoras de empresas, ingenieros en computación, “doctores” y licenciados en pedagogía que solo fueron a recibir el sueldo y hacer negocios, abogados y cuanto hijo de Dios político, haya parido la naturaleza. Ejemplo reciente de lo anteriormente expuesto fue el anunciar con bombos y platillos la “creación” de carreras técnicas que existen desde hace más de cincuenta años en Guatemala.

Con contadas excepciones puedo manifestar que la educación en Guatemala ha sido la “Cenicienta” en esta historia que no deja mentir al respecto; abandonada, ignorada, no atendida, despreciada por los políticos y dirigida por una élite graduada en universidades privadas cuyo concepto de la educación responde a intereses eminentemente económicos.

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