Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Dos terceras partes de los vecinos de la ciudad de Guatemala NO votamos por el actual alcalde, Ricardo Quiñónez, quien parece no entenderlo.  Aunque ha intentado desligarse de las administraciones ediles previas, él ha sido parte de la Municipalidad de Guatemala desde hace 20 años, primero como síndico, luego como concejal, hasta llegar a ser alcalde, debido al fallecimiento de Álvaro Arzú.

Siguiendo los pasos de su antecesor, el alcalde Quiñónez ha dedicado una enorme cantidad de recursos a la construcción de viaductos y pasos a desnivel, sin que esto se traduzca en una solución al problema del tráfico en la ciudad, que empeora año con año.  No se necesita ser genio para entender por qué esta solución no funciona.  La letanía que han repetido incansablemente el alcalde de turno y el vocero de la PMT de Guatemala año con año es: “El parque vehicular aumenta en un 10% cada año”.  Aplicando la aritmética que se aprende en la primaria se puede calcular que desde 2003, cuando asumió la primera vez como síndico, a la fecha, la cantidad de vehículos que ingresan y/o circulan por la ciudad se ha incrementado casi en siete veces, por lo que la solución del problema no son los pasos a desnivel, ni los viaductos, menos los flamantes semáforos “inteligentes” (el verdadero fin de adquirir estos semáforos fue para incrementar el número de multas a los conductores, no para mejorar el tráfico).   

Por si fuera poco, la municipalidad capitalina ya está considerando la restricción de circulación de vehículos por tipo de placa.  En vez de reconocer su estrepitoso fracaso para enfrentar el problema del tráfico en la ciudad, el alcalde y su equipo consideran como solución castigar a quienes tenemos vehículo prohibiendo la circulación de un determinado número de placas. 

Como colofón, con la venia de la comuna capitalina, las construcciones de edificios ocupan hasta un carril y medio de la calle o avenida donde edifican para parquear camiones y plataformas con materiales para la obra.  La anarquía en cualquier punto de la ciudad es palpable.

La única solución viable para descongestionar la ciudad es el establecimiento de un sistema de medios masivos de transporte público desde los municipios aledaños hacia la capital, y dentro de la capital, un sistema de transporte público masivo que interconecte los distintos sectores de la ciudad.  No existe otra forma, por más que durante casi 40 años las administraciones de Arzú, Berger, García-Gallont, otra vez Arzú y Quiñónez hayan intentado descubrir el agua azucarada construyendo viaductos, pasos a desnivel, pero descuidando casi por completo el transporte público (el Transmetro es el único esfuerzo edil en ese sentido). 

Estoy seguro de que instituciones financieras como el BID, el Banco Mundial y otras de este tipo, pueden financiar este tipo de proyectos.  Lo único que se necesita son dos dedos de frente y el deseo del alcalde y su equipo de cumplir con sus vecinos, a pesar de que dos terceras partes ya no los queremos al frente de SuMuni.

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