Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Tan sólo unos días antes de que el presidente Giammattei vociferara consignas en contra de sus otrora socios en la compra de las vacunas Sputnik V y alegaba, también a gritos, “injerencia” innecesaria de las Naciones Unidas en las elecciones guatemaltecas, sus alfiles y peones de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, del Ministerio Público, vulneraron la custodia del voto al abrir y hacer un recuento de votos (que no existe en la ley guatemalteca).

En las elecciones generales de 1995, 1999 y 2007, así como en la consulta popular de 1999, participé como integrante de mesas electorales en dichos procesos y puedo dar fe de que quienes participamos, lo hicimos con el único afán de servir a nuestro país.  Haber sido parte en procesos anteriores me da la plena certeza y confianza de que todas y cada una de las personas que participaron como integrantes de mesas electorales y como miembros de las Juntas Electorales Departamentales, lo hicieron por civismo y con el único afán de servir a nuestro país.  Es por ello que en casi cuatro décadas nuestro sistema electoral ha funcionado y no ha habido ningún fraude electoral desde las elecciones de 1985.

Es por ello que me causa una indignación inconmensurable que el Ministerio Público, a través de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, allanara la semana pasada el Centro de Operaciones del Proceso Electoral y abriera hasta 70 cajas electorales e hiciera un reconteo de votos, cuestionando así la integridad de los ciudadanos que participaron en dichas mesas electorales contando los votos y elaborando las actas.  De forma más que cínica, el MP negó en un comunicado haber hecho el recuento de votos, a pesar de que varios videos en redes sociales evidencian a personal de dicha institución (el MP) contando votos de las cajas electorales que fueron violadas.

Algunos candidatos han alegado “fraude” electoral, incluyendo a la ex candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza, Sandra Torres, ahora “convertida” a la derecha a pesar de que su partido político, la UNE, es Partido Miembro Pleno de la Internacional Socialista mientras que el Movimiento Semilla, tildado de comunista, no es ni siquiera miembro de dicha asociación.  Vaya ironía.  De igual forma, algunos columnistas de opinión (una aparentemente no entiende la diferencia entre transición y transmisión), que tildan de “chairo” a toda persona que no está de acuerdo con su forma de pensar, también vociferan “fraude”.

La mañana del 18 de septiembre, día en que el presidente electo Bernardo Arévalo iba a presentar por la tarde un amparo ante la Corte Suprema de Justicia, “casualmente” la presidenta de dicha corte tuvo una reunión con la jefa del Ministerio Público, y encima fallaron en su intento de hacerla en secreto. 

Lo que queda de nuestro sistema democrático está en riesgo, gracias a la temeridad e impericia de quienes manejan los hilos tras bambalinas y que buscan preservar a toda costa sus privilegios, menoscabando nuestros más básicos.  Si algo debemos hacer los guatemaltecos, hoy, es luchar por preservar lo poco que queda de democracia en Guatemala.

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