Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Otra vez el tipo de cambio se dispara, llegando su cotización a Q7.93 por US$1, su punto más alto en lo que va del año.  Y otra vez, el presidente de Banguat atribuye la devaluación a “…un episodio estacional de corta duración” por una sobredemanda de dólares.  También expresó que varios bancos están requiriendo dólares y que puede haber una dolarización de créditos o que empresas transnacionales requieran dólares para el pago de aguinaldos o bonos.  Cada vez pone peores excusas.  Repite los “argumentos” utilizados por sus predecesores.

Lo que sí calla el funcionario de marras, es que la balanza cambiaria semanal durante el 2022 ha oscilado entre los mil y mil quinientos millones de dólares cada semana, es decir, que para que una o varias operaciones puedan afectar el tipo de cambio, las mismas deben representar varios cientos de millones de dólares en un solo día.

También se puede corroborar con datos duros, como la estadística anual de importaciones, exportaciones, remesas y tipo de cambio diario, que, a partir del 2016, la balanza cambiaria en Guatemala comenzó a ser positiva debido al incremento sostenido de las remesas familiares.  Ese fenómeno se vio reflejado en el tipo de cambio, que inició un proceso de apreciación durante 2016 y 2017, hasta llegar a cotizar a Q7.27 por US$1.  Ante esa situación, otro servil expresidente de Banguat, Sergio Recinos, implementó el Mecanismo de Acumulación de Reservas, para que el Banco Central pueda intervenir discrecionalmente en el mercado cambiario afectando la tendencia del tipo de cambio cuando la misma es alcista.  Este mecanismo aún sigue vigente y es utilizado durante todo el año comprando dólares discrecionalmente para devaluar artificialmente el quetzal frente al dólar.

Edgar Barquín, quien fungió como presidente de Banguat de 2010 a 2014 también esgrimió los mismos argumentos que González Ricci cuando el tipo de cambio iba al alza.  A diferencia del actual presidente, los argumentos del expresidente de Banguat sí tenían sentido, ya que eran otros tiempos en los cuales, las remesas familiares, todavía no eran un factor que pudiera incidir en la tendencia del tipo de cambio.  Hoy en día sí lo son e inciden de forma considerable, cosa que no es del agrado del actual presidente del Banguat, nombrado a dedo para poner a disposición del Ejecutivo la institución que dirige.

Es obvio que estos “pequeños” episodios estacionales de devaluación ocurren para favorecer económicamente a una persona o a grupo en particular.  También es lamentable que instituciones otrora serias y técnicas, hoy se presten a este tipo de manipulaciones para favorecer a pequeños grupos en detrimento de la población en general, iniciando con la pusilánime gestión de Recinos y continuando con el obediente exministro de finanzas.

Mención aparte merecen varios columnistas de la que fue mi casa de estudios quienes, con su silencio cómplice, avalan una situación totalmente contradictoria con los principios de libertad económica bajo los cuales fue fundada.  Vergonzoso.

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