Emilio Matta

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Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia

El fin de semana pasado, de forma más que flagrante, al compás de Los Tigres del Norte y en compañía de don Baco, estaban en plena campaña anticipada futuros candidatos a puestos de elección popular del partido oficial, en compañía de figuras políticas del lugar, que entiendo es El Jícaro, en el departamento de El Progreso.

El Tribunal Supremo Electoral, como es de esperarse, no se ha pronunciado al respecto. Ni lo hará, ya que de todos es sabido que dicha institución fue conformada por personas totalmente afines al régimen actual para que los funcionarios ediles y del Legislativo que están alineados al gobernante puedan hacer campaña anticipada impunemente y conseguir así su reelección sin contratiempos.

Como se ha denunciado en medios no afines al gobierno desde hace meses, la campaña electoral dio inicio este año, con la aprobación del abultado presupuesto 2022. El descaro continuó con la aprobación de la Ley de Presupuesto 2023 que permitirá a las CODEDES (Consejos Departamentales de Desarrollo) utilizar los recursos no ejecutados en el 2022 con el fin de garantizar que los alcaldes y los diputados dispondrán de suficientes fondos para ejecutar “obra pública”, de esa que se cae al primer aguacero, pero que el mandatario dice que no importa, que los puentes se caen porque ahora cae más agua que antes. Por cierto, que los contratistas del Estado ahora son los mismos políticos que alquilan “empresas constructoras” para hacer la finta de legalidad y así se puedan garantizar millonarios contratos con el gobierno.

Mediante la herramienta SNIPGT administrada por SEGEPLAN, que tanto cacarean el gobernante y su jefe de comunicación social, el ciudadano de a pie puede meterse a revisar contratos de obra pública por cada “pilar” de la supuesta política general de gobierno. Si uno navega el sitio, es muy bonito, amigable y, sobre todo, muy estético. Me recuerda el plan nacional de vacunación, estrepitoso fracaso de este gobierno que tuvo una presentación muy bonita pero que, a la hora de ejecutar el plan de marras, no tenía ningún tipo de sostén numérico. En este caso pasa igual, las obras no tienen ningún sostén numérico, ni un presupuesto, en resumen, ningún control sobre los rubros en los que se gasta el dinero el gobierno.

En resumen, tenemos robos de todo tipo en esta administración, desde fondos públicos hasta el plazo oficial de inicio. La flagrancia de funcionarios y exfuncionarios, en complicidad con el silencio del TSE, que callará ante toda campaña anticipada que funcionarios públicos hagan durante las inauguraciones de las obras que realicen.

Y nosotros, con nuestra indiferencia, estaremos ayudando a consolidar esta dictadura.

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