Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

post author

No importa cuánto esperemos siempre, el día se llega.

Mañana domingo 20 de agosto los guatemaltecos debemos definir nuestro destino para los siguientes cuatro años. Y más.  Porque las acciones y decisiones de hoy perdurarán  en el tiempo y se volverán nuestro legado.

Legados de poder y decisión, como el “permitir“ que las mujeres votaran por primera vez  en 1944.   Legado de corrupción  como lo que nos han dejado los últimos gobiernos, junto a la desvergüenza, el saqueo del país, el hambre, la pobreza y  abandono.

Todo lo que ya sabemos y que con hablar no arreglaremos. Pero el poder del voto mañana sí  se debe hacer  sentir.

Volvemos a encontrarnos con dos grupos que plantean un futuro diferente cada uno, para nuestro país, para nosotros y nuestra descendencia.

Uno de ellos es lo mismo, ya lo conocemos. Sabemos cómo y quiénes son. Sabemos mucho, pues ya vivimos sus actitudes y decisiones.  Muchos hechos del pasado cuando incluso llegó a divorciarse para acceder al poder de la presidencia, aunque ahora diga defender a la familia, tenemos años de oír sus ofrecimientos  directos e indirectos de  regalar una bolsa  de comida a quienes la elijan, claro pagada con  el dinero de nuestros impuestos.

El que también pagará las deudas de los muchos años de campaña política fracasada.  Y nadie puede decir que se le debe dar el beneficio de la duda pues ya salimos de ella durante el gobierno de Colom, quien incluso  llegó  a renegar de la doña, según un video que circula en las redes.

Es más huyendo de ella en el pasado hemos caído del sartén a las brasas. Y encontrado más de lo mismo. Ahora  tenemos una nueva propuesta diferente.

Los otros son nuevos aunque no ignorantes, ofrecen un cambio, una posición diferente.  Son graduados universitarios con experiencia laboral en sus distintos espacios profesionales, tanto en lo privado como en lo público. No se puede decir  que  no saben a lo que se enfrentan.

De su candidato sabemos  poco. Lo que al final resulta bueno.  Pese a  haber  sido funcionario público por muchos años, no hemos oído de corrupción, malos tratos o manejos.  Por el contrario, la gente lo ve como un hombre preparado, de buen hablar, al igual que a  los  más cercanos en su partido.

Al hablar de él se dice que es hijo de un expresidente: Juan José Arévalo, quien realizó mucha obra tanto física como  humana durante su gobierno.  Época  durante la cual  su hijo Bernardo, que hoy se postula para seguir sus pasos no había nacido, sin embargo su preparación como sociólogo, filósofo y antropólogo social nos plantea un panorama distinto  con sólo tres objetivos que su gobierno atenderá, de ganar la presidencia de Guatemala: luchar contra la corrupción, atender el déficit de desarrollo en educación y  salud, y renovar la economía con inversión pública y privada.

Los que de ganar las elecciones, no les será tan fácil cumplir, por el nivel de corrupción  que los gobiernos anteriores han planteado en el sector público y el abandono y olvido en que  tienen a miles de guatemaltecos que viven en las calles y mueren de hambre.

Sin embargo creo que llegó el verdadero momento de elegir de qué lado queremos estar, seguir en lo mismo o buscar un cambio.

MAÑANA DOMINGO DEBEMOS  IR A VOTAR Y ELEGIR. NO AL VOTO NULO. DECIDE TÚ, TU FUTURO.

Artículo anteriorLa condición del escritor y la condición humana
Artículo siguienteEn vivo: un día antes de elecciones UNE hablará de «acciones legales»