Douglas Gonzalez

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Politólogo, egresado de la USAC y la UCJC. Librepensador. Experiencia en políticas públicas, procesos de diálogo y comunicación política. Una mejor Guatemala es posible y necesaria.

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La jornada del 7 de diciembre inició con movilizaciones desde muy temprano. Al menos tres columnas muy nutridas de personas confluyeron en la Plaza de los Derechos Humanos de la CSJ.

A eso de las 8 a.m., Bernardo Arévalo arribó al punto de encuentro. Ahí lo esperaban algunos simpatizantes y políticos de distintas tendencias. Edmond Mulet, ex candidato presidencial, fue el más visible.

En las gradas de la entrada se unieron a él, líderes de los 48 Cantones, el diputado Julio Héctor Estrada y el ex candidato presidencial Roberto Arzú. Unos 30 minutos después, la marcha enfiló por la séptima avenida, pasó por el Congreso de la República y terminó en la Corte de Constitucionalidad.

La marcha fue muy nutrida, en línea recta dio cabida a más de tres cuadras de personas que asistieron para manifestar su apoyo a la democracia y a la voluntad del pueblo manifestada en las urnas.

El discurso de Bernardo Arévalo frente a la CC hizo referencia a los planes golpistas que pretenden desconocer los resultados electorales y declaró con mucha convicción que no permitiría que estos planes se consumaran.

Participé en la marcha y prensencié los discursos y acá escribo 6 conclusiones de lo que deja esta demostración política.

 

  1. Se percibe mucho entusiasmo y apego hacia el gobierno de Bernardo Arévalo.

 

  1. Quienes insistan en las medidas golpistas tendrán que saber que las movilizaciones de rechazo serán masivas y que los pueblos defenderán la democracia con mucha vehemencia.

 

  1. Es cierto que hubo algunas críticas hacia la presencia de algunos líderes de otros partidos. También es cierto que tanto Arévalo, como Pacheco, de los 48 Cantones, hicieron un llamado a respetar la presencia de quienes, aun siendo de corrientes políticas distintas, tuvieron el deseo de manifestarse en contra de los intentos golpistas.

 

  1. La gran mayoría de quienes critican la participación de otros liderazgos en la marcha, ni siquiera asistieron. Desde Twitter, criticar se hace más fácil que hacer presencia en las calles.

 

  1. Más que la presencia de algunos liderazgos, sorprende e incluso asusta ver la ausencia de tantos otros líderes políticos, económicos y sociales. Su silencio es muy sintomático. Y,

 

  1. No se puede convocar a una Marcha para la defensa de la democracia y pretender que sólo los cuates de mi tribu asistan. La exclusión y los sectarismos son la receta perfecta para ser dominados por élites políticas extractivas bien organizadas. No olvidemos que para construir la democracia se necesitan ciudadanos democráticos.

 

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