Un futuro sostenible para Guatemala, el rol vital del etanol

Aire más Limpio
Ana María Palomo, presidenta del Centro Mesoamericano de Estudios sobre Tecnología Apropiada (CEMAT)
Ana María Palomo.

Ana María Palomo, presidenta del Centro Mesoamericano de Estudios sobre Tecnología Apropiada (CEMAT)


 

 

 

En las últimas décadas, Guatemala ha dado pasos significativos hacia la producción de etanol como combustible, una decisión respaldada tanto por mandatos constitucionales como por compromisos internacionales, que atienden la necesidad de abordar problemas ambientales apremiantes. La implementación de una política pública de etanol en el país permitirá a los guatemaltecos gozar de un aire más limpio, al contribuir a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El etanol, alcohol producido por la fermentación de azúcares, se puede usar para bebidas, industria y como combustible en los vehículos que usan gasolina. En primera instancia, en Guatemala fue planteado el uso del etanol para sustituir los aditivos de plomo que anteriormente  se añadía a la gasolina. Estos aditivos, altamente  perjudiciales para la salud humana, generaban emisiones de plomo en los motores, contaminando el aire que respiramos. Aunque la introducción de catalizadores ha contribuido a reducir estos efectos negativos, todavía queda un reto para reducir  las emisiones de CO2-eq en el transporte que emplea combustible fósil.

La utilización de combustibles fósiles, aditivos y catalizadores conlleva emisiones que causan efectos adversos e irreparables en la salud de la población, generando una contaminación ambiental significativa. Al evaluar las posibles soluciones a este desafío, se ha encontrado que el empleo de bioetanol producido en el caso concreto de Guatemala, como un subproducto de la melaza reducen grandemente las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Por qué los guatemaltecos podemos apostar al etanol?

El programa de mezcla de etanol con gasolina en Guatemala responde a un mandato constitucional que lo convierte en un asunto de Estado prioritario. Según el fallo de la Corte de Constitucionalidad de mayo de 2022, es obligación del Estado cumplir con las leyes vigentes, como la Ley de Alcohol Carburante. Este programa coincide con las prioridades ambientales que el actual gobierno incluyó en su plan de gobierno, por lo que no debería existir ninguna duda sobre su implementación, sobre todo cuando las críticas responden a intereses económicos de las petroleras.

Adicionalmente, el proyecto Ecopower de 2020 evidenció que usar el E10 en la mezcla permitirá al país disminuir 7 millones de toneladas de CO2 evitando que lleguen a la atmósfera, contribuyendo así al cumplimiento de las Contribuciones Nacionales Determinadas, establecidas en el Acuerdo de París (2015, CMNUCC), apoyando nuestra meta no condicionada de 11.2%. Al mismo tiempo se ahorrarán 200 millones de dólares en divisas por las importaciones por combustibles, colaborando en la reducción de la dependencia del petróleo y en la estabilización de los precios de los combustibles.

En una perspectiva más amplia, la adopción de etanol con gasolina se alinea con las prácticas de más de 60  países en todo el mundo. Los beneficios que los guatemaltecos podemos llegar a experimentar son diversos y positivos. Primordialmente, se anticipa una notable reducción de las emisiones en el sector transporte, conforme a lo establecido en la Contribución Nacional Determinada y respaldado por la Estrategia Nacional de Bajas Emisiones. Simultáneamente, habría una mejora sustancial en la calidad del aire, impactando positivamente en la salud de todos. Además, la transición hacia el etanol fomentará la independencia energética lo que conlleva a un ahorro de divisas y generará mayores empleos, implicando una economía circular en beneficio del país.

Asimismo, dicho programa contribuirá a la disminución de la deforestación, aprovechando terrenos ya sembrados y evitando la necesidad de expandirse hacia nuevas áreas. Esta transformación no sólo prevalecerá en el ambiente, sino también en mantendrá los motores de los autos más limpios, evitando su deterioro. Por último, para abordar la problemática del uso de leña, se deberá explorar la implementación de estufas que funcionan con etanol, como ya se ha logrado con éxito en otros países.