El operativo habría sucedido en enero, cuando una caravana desde Honduras intentó llegar a Estados Unidos. Foto La Hora

Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

Hazel Contreras, coordinadora regional en América Central para Alianza Américas, una organización que trabaja por la comunidad migrante en Estados Unidos, comentó cómo se vive la crisis humanitaria respecto a las solicitantes de asilo que continúan llegando desde Guatemala, Honduras y El Salvador a los puntos fronterizos con Estados Unidos y la situación que enfrentan al ser enviados a un “Tercer País Seguro” en donde destaca que los migrantes que salen de los países centroamericanos, no deben ser condicionados, bloqueados ni saboteados.

Para Contreras, la crisis humanitaria que inició en el 2019, principalmente con los migrantes que llegaron a Estados Unidos, provenientes del corredor centroamericano se vieron afectados por las acciones antiinmigrantes promovidas por el presidente estadounidense Donald Trump. Acciones que según la entrevistada, podrían tener consecuencias que van desde la instalación de una patrulla fronteriza en El Salvador y un Centro de Detención en Honduras, como parte de una posible estrategia para retener y bloquear a quienes huyen de situaciones complicadas en sus países de origen.

 

UN SISTEMA COLAPSADO

De acuerdo con Contreras, durante el 2019 se puso en marcha el plan de enviar a solicitantes de asilo a México a través de la política “Quédate en México” y al finalizar el año, llegaron los primeros solicitantes de asilo a Guatemala, como resultado de los acuerdos bilaterales suscritos entre Estados Unidos y Guatemala.

Según detalló la entrevistada, la misma administración de Trump ha sometido a los solicitantes de asilo un sistema colapsado, pues hasta la fecha más de un millón de personas han estado en espera de una respuesta a su solicitud y con pocas probabilidades de éxito a su petición.

Además, aclaró que los acuerdos no establecen que las personas debieron haber pasado por ese territorio (países receptores de solicitantes de asilo), para que sean enviadas a los países que hayan suscrito este tipo de acuerdos y agregó que la política con la que Trump busca restringir el asilo, no se ha aplicado aún porque grupos legales han demandado y el litigio sigue el curso legal correspondiente.

“Recordemos que el sistema de asilo se ha visto afectado durante todo el 2019, afectado para las personas para todas aquellas personas que hayan transitado por un Tercer País Seguro, que implica que estas personas debieron haber solicitado asilo en alguno de estos países y solo si se les negó podrían optar a solicitar asilo en Estados Unidos”, detalló Contreras.

EL MURO IMAGINARIO QUE FRENA A LOS MIGRANTES

Según Contreras, la estrategia de Estados Unidos fue externalizar sus fronteras hacia los países de México y Centroamérica, construyendo un muro imaginario de dificultades a través de las políticas migratorias que cambiaron la dinámica de las solicitudes de asilo.

VULNERACIÓN DE DERECHOS

Para Contreras, al no respetar los derechos humanos de las personas migrantes, tanto al momento de solicitar asilo, como al ser trasladados a un Tercer País Seguro, se evidencia una vulneración a los derechos de las personas desde diferentes ángulos, que van desde el mismo derecho de solicitud de asilo y refugio, así como la crisis humanitaria que puede empeorar en el contexto de desprotección que viven las personas migrantes.

“No hay un seguimiento a denuncias que se han visto vulneradas tanto en el territorio mexicano con la militarización de las fronteras, como una forma de control migratorio en donde Guatemala también se ha adherido a este tipo de controles y medidas represivas para las personas que huyen de contextos complicados”, destacó Contreras.

A decir de Contreras, otro de los factores que afecta a las personas, durante el proceso migratorio es el hostigamiento a las organizaciones que trabajan por los migrantes y que defienden los derechos humanos.

“Estando la persona migrante en condiciones en las cuales desconoce los procesos y la situación en la que se encuentra legalmente su solicitud, sumada al contexto en el que migró y todo lo que implica, se siente más vulnerado ante cualquier proceso porque no tiene el debido seguimiento y por eso se ven casos en donde las personas firman papeles sin saber lo que están firmando y se ven obligados a ser retornados a países seguros”, manifestó Contreras.

Cientos de centroamericanos buscan llegar a Estados Unidos, en un nuevo desafío a la estrategia migratoria del presidente Donald Trump. Foto: AP

De acuerdo con Contreras, esta situación provoca que las personas permanezcan en un limbo en cuanto a su solicitud de refugio y evidencia una vulneración a los derechos, pues la persona puede solicitar asilo “en el país que desea y no a donde lo mandan”.

“Nosotros en Alianza Américas, insistimos en entender las causas que producen estas migraciones y son estas mismas causas las que impiden que la seguridad y las oportunidades de una vida digna se conviertan en algo real”, destacó Contreras.

PLAZO PARA DECIDIR SI VUELVEN O SE QUEDAN NO ES SUFICIENTE

Sobre el plazo de 72 horas que se está dando a las personas que son trasladadas a Guatemala bajo el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), para que puedan decidir entre un retorno voluntario o una solicitud de refugio, Contreras dijo que ese plazo no es suficiente para que las personas decidan si quieren volver si la situación por la que las personas salieron de su país no han cambiado.

“Se evidencia que no hay un seguimiento para saber por qué las personas están migrando con la imposibilidad de llevar una vida digna en su país de origen y ahora con la medida de tener que regresar al lugar de donde salió”, añadió.

CARAVANAS CONTINÚAN ENVIANDO EL MISMO MENSAJE A LOS GOBIERNOS

De acuerdo con Contreras, el mensaje que envían los migrantes que salen de países como Guatemala, Honduras y El Salvador en caravanas; muchas veces silenciosas, continúan enviando el mismo mensaje desde 2018 y es que las condiciones que se viven en estos países hacen imposible que las personas quieran quedarse.

Asimismo, Contreras agregó que muchos de los migrantes que integran la caravana, ya tienen conocimiento de las opciones que tienen y en algún momento podrían considerar pedir asilo en Guatemala o México si no logran la meta de llegar a Estados Unidos, “con tal de no quedarse en el país que les ha negado tantas oportunidades”, detalló.

“Las condiciones no han cambiado, tenemos altos índices de violencia, pobreza e inseguridad, pese a los discursos de los gobernantes, además de pocas oportunidades laborales que dignifiquen a las personas, tomando en cuenta el costo de la vida y la falta de acceso a la salud que se vuelve un factor fundamental por el que las personas están saliendo sin mencionar la crisis alimentaria, derivada del cambio climático y son situaciones que no están siendo abordadas y tanto los países expulsores de migrantes como Estados Unidos, deberán ser conscientes de esto”, puntualizó.

A decir de Contreras, Estados Unidos debe verificar que los fondos que envía para el desarrollo los países y subsanar el tema de la migración, realmente esté siendo utilizado para los fines que fue creado.

Contreras manifestó que aunque los Gobiernos deben trabajar en las causas estructurales que la provocan, también es necesario que se comprenda que la migración y la solicitud de asilo es un derecho, y como tales debe permitirse su libre ejercicio y no condicionarlos, bloquearlos o sabotearlos.

En el año fiscal 2019, más de 600 mil migrantes provenientes del Guatemala, Honduras y El Salvador, fueron detenidos por las autoridades fronterizas estadounidenses, según registros de la Oficina de Aduanas y Seguridad Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). Mientras que durante los primeros tres meses del año fiscal 2020, la cifra ya supera las 37 mil aprehensiones de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños en la frontera estadounidense.

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