Foto. Cortesía

Por Margarita Girón
jgiron@lahora.com.gt

La Organización Mujeres Tierra Viva presentó hoy el informe sobre los monitoreos que realizaron en cinco departamentos de Guatemala, sobre los temas de Servicios de Salud Sexual, Servicios de Planificación Familiar y Atención a Violencia Sexual hacia las mujeres, así como el uso de servicios de salud en cuanto a temas de mortalidad materna, métodos anticonceptivos, violaciones sexuales, aborto, papanicolaou, mamografía, atención a personas de diversidad sexual entre otros.

Según indicaron representantes de Mujeres Tierra Viva, el monitoreo fue realizado con el objetivo de conocer los avances y limitaciones que presentan las usuarias de estos servicios, quienes demandan mejores servicios de salud sexual y reproductiva.

El trabajo se realizó durante los meses de mayo a octubre de este año, en los departamentos de Chimaltenango, Chiquimula, Sololá, Guatemala y San Marcos; localidades que fueron objeto de un monitoreo sobre los servicios de salud sexual, salud reproductiva, servicios de planificación familiar y atención a violencia sexual dirigidos a mujeres.

“Al momento de aplicar la guía de entrevistas institucionales no se contaba con la información anual de la situación de mortalidad materna. Además, destacan que en el departamento de Guatemala el monitoreo cubrió San Juan Sacatepéquez y Ciudad Quetzal para un total de 140 mujeres usuarias de los Centro de Atención Permanente (CAP)”, se lee en el informe.

LOS RESULTADOS

Dentro de los principales resultados destacan que en el tema de planificación familiar el método más utilizado es el condón masculino, seguido del anticonceptivo inyectable trimestral para las mujeres.

El monitoreo reflejó que la mayoría de las usuarias de salud reproductiva de ambos CAP’s, tienen como promedio entre 20 a 30 años de edad, se identifican como indígenas y ladinas, la escolaridad mayoritaria es de nivel primario y se encontró un 12 por ciento sin acceso a estudios. Mientras que el 64 por ciento de las usuarias indicaron haber sido referidas al servicio por su suegra, mamá, familia, doctor, comadrona, amiga, centro de salud o alguna enfermera.

“En algunos casos, las mujeres expresaron ser usuarias de los servicios de salud sexual y reproductiva sin el consentimiento de sus parejas”, indicaron.

En cuanto a los casos de violencia sexual, las encuestadas indicaron conocer agresiones sexuales principalmente en niñas menores de edad causada por algún familiar, vecino o alguien cercano. Se suma, la falta de denuncia ante las autoridades competentes debido a que los agresores son familiares y por temor a represalias.

También, agregaron desconocer sobre la atención primaria en estos casos y solo el 38 por ciento de las entrevistadas se ha realizado el examen de Papanicolaou al menos cada año; en algunos casos lo realizan cada 6 meses por tener alguna infección.

“Normalmente lo realizan en jornadas médicas, en los puestos de salud y se lo practican por su salud o por recomendación. El resto de las encuestadas no se lo realiza por falta de información, por miedo o por falta de tiempo. En cuanto al examen de mamografía, las entrevistadas no tienen información, no tienen acceso a este servicio y no tienen recursos para realizarse el examen”, detallaron.

Asimismo, destacan que la mayoría de usuarias desconoce sobre la denuncia ante los casos de embarazos en menores de edad y solo un 33 por ciento comentó que algunos de los casos son denunciados a la Policía Nacional Civil y el
Ministerio Público, y los referidos a los hospitales nacionales o centros de salud.

Además de otras estadísticas por departamento, el monitoreo registró que, dentro de las deficiencias que las usuarias ven en los servicios está el tiempo de espera, poco personal calificado asignado, instalaciones y mobiliario en mal estado, falta de equipamiento y períodos de desabastecimiento de métodos como anticonceptivos orales e inyectable trimestral.

 

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