FOTO JOSÉ OROZCO. Las madres de las niñas muertas realizaron un homenaje frente al Hogar Seguro Virgen de la Asunción.

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Hoy se cumplen dos años del incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, administrado por la Secretaría de Bienestar Social (SBS) y el cual dejó 41 niñas muertas y 15 heridas. Madres de las niñas y miembros de la sociedad civil realizaron un homenaje frente al inmueble ubicado en la aldea El Platanar, en San José Pinula, el cual albergó a las adolescentes hasta el 8 de marzo de 2017. Las demandas de este día estuvieron enfocadas en la aplicación de justicia, atención a la niñez institucionalizada y el cese a la criminalización.

La conmemoración inició con la llegada de tres representantes del Cuerpo Voluntario de Bomberos, de la 127 compañía ubicada en San José Pinula.

Emilio Nájera, Bombero Voluntario, describió que “no fue nada agradable” lo ocurrido en el Hogar Seguro, el 8 de marzo de 2017, cuando llegaron a atender a las niñas y adolescentes.

“Es algo impresionante que no se puede describir, eso lo lleva uno a la tumba porque es algo que uno no puede narrar, especificar”, dijo Nájera.

Poco después, algunas madres de las niñas, acompañadas de organizaciones de la sociedad civil, colocaron en la puerta del Hogar, cuadros con las imágenes de las adolescentes muertas.

LAS MADRES HABLAN

Vianney Hernández, madre de Ashley Angely Rodríguez Hernández pidió justicia por la muerte de su hija y de las otras jovencitas que fallecieron en el incendio del 8 de marzo de 2017.

“Estamos esperando que llegue la justicia, porque aquí están 41 almas que fallecieron.
–Estamos- pidiendo que el Estado se ponga la mano en la conciencia. Queremos justicia para nuestras hijas, para las 41 niñas y las -15- que quedaron. Nosotros siempre las vamos a recordar cómo eran, no cómo el Estado nos las entregó injustamente”, lamentó Hernández.

Por su parte Elsa Xiquín, mamá de Yemmi Aracely Ramírez Xiquín, pidió el cese a la criminalización de ellas como madres, a quienes las culpan por lo ocurrido, sin saber el contexto o razones por las cuales las adolescentes fueron institucionalizadas.

“Quiero pedirle a los guatemaltecos que no nos juzguen, que nos hagan favor de apoyarnos, que se pongan la mano en la conciencia y que en cada audiencia que haya no nos juzguen. Yo no vine a dejar a este lugar a mi hija, a mí me la quitaron”, destacó.

Luego de estas palabras, se realizó un acto simbólico, que consistió en que a cada madre le entregaron una paloma que dejaron en libertad.

Finalmente sembraron un árbol de guayaba en el terreno del Hogar, con el fin de que el mismo de frutos en la vida de cada familia de las niñas fallecidas.

En esta última etapa, Vianney Hernández recordó la importancia de prestar atención a la niñez que sigue institucionalizada; exigió que se respete la vida de los niños, niñas y adolescentes (NNA) y se eviten tragedias como la del 8 de marzo de 2017.

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