Por Eder Juárez
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Tras las declaraciones del Comisionado Iván Velásquez en las que advirtió que en las actuales condiciones se hace difícil la lucha contra la corrupción e impunidad, analistas consultados aseguran que los argumentos falaces que utilizan quienes están en contra de esta lucha la hacen más difícil.

Luis Linares, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), indicó que se está poniendo cuesta arriba la lucha contra la corrupción porque todos los sectores y grupos interesados en abatir esta lucha lograron convencer a un número elevado de guatemaltecos, que de alguna manera están indiferentes o contrarios a partir de una serie de mentiras que se han divulgado.

Según Linares, las tergiversaciones y argumentos retorcidos como: la soberanía nacional, la conformación de la izquierda, la presunción de inocencia, el abuso de la prisión preventiva, el uso mediático, toda esa serie de argumentos fueron exitosos para que muchos guatemaltecos consideren a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) una amenaza.

El analista agregó que mientras esto ocurre “los corruptos se han envalentonado cada vez más, algo que va seguir con más fuerza en acciones descaradas y audaces, una prueba es la composición de la nueva Junta Directiva del Congreso de la República”.

Por su parte el analista independiente Renzo Rosal dijo que está claro que desde finales de 2016 y 2017 se ha ido fortaleciendo la estrategia de contención y regresiva, para “contener todo lo que ha sido el embate de la lucha contra la corrupción y contra la impunidad en general, comenzar a poner en cuestionamientos a los actores clave como el Ministerio Público y la CICIG”, señaló.

A decir de Rosal, los opositores a la lucha contra la corrupción comenzaron a diseñar una narrativa en esa línea, esa estrategia de contención ahora ha pasado a un segundo momento en la etapa regresiva que significa aumentar el volumen de los señalamientos y capitalizar ciertos logros políticos.

Está claro que un paquete de logros son los que el propio Presidente y este Gobierno han ido consumando que van desde el non grato, la petición del retiro del Comisionado Velásquez a la ONU, el impedir la entrada al Comisionado, arreciar con el tema de las visas, cuestionar las investigaciones, es decir que se ha ido consumando parte de esta segunda etapa regresiva en la lucha contra la corrupción, puntualizó.

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