El motivo de la presente es hacer uso del derecho de respuesta que me asiste en virtud del editorial publicado el día de hoy en el diario que tienen bien a dirigir denominado «¿Otro atraso malicioso?» en el que se alude directamente a mi persona. Lo anterior encuentra sustento en los artículos 22, 37, 38, 39, 40 y 40 de la Ley de Emisión de Pensamiento. Aquí la respuesta de La Hora

En la referida publicación, se hace ver que yo he intentado retrasar la notificación del auto de ampliación emitido por la Corte de Constitucionalidad el pasado miércoles 19 de septiembre dentro del expediente 4709-2018, por cuanto emití un voto razonado disidente en la resolución proferida por mis pares y que es de conocimiento público. Adicionalmente, el artículo de mérito, de forma peyorativa, indica que yo incurrí en falsedad al haber afirmado ayer por vía telefónica que me encontraba trabajando en el referido voto razonado disidente ya que un abogado, en un medio televisivo, afirmó que había tenido acceso al voto razonado y había podido leer mis razonamientos, infiriendo que había sido yo quien había compartido el documento de forma anticipada.

Ante ello, aprovecho este espacio para rechazar categóricamente los señalamientos infundados y tendenciosos del artículo periodístico en mención. En primer lugar, debo manifestar que nunca he intentado ni intentaré retrasar ninguna diligencia judicial dentro de la sede del Tribunal Constitucional. Al momento que asumí como Magistrada de la Corte de Constitucionalidad hice un juramento de fidelidad a la Constitución Política de la República de Guatemala, mandamiento que he cumplido con estricta responsabilidad, como Magistrada y Presidenta del Tribunal Constitucional.

Por más de treinta y cinco años he tenido la honra de servir al pueblo de Guatemala en diferentes cargos a lo interno del sistema de justicia y, en cada uno ellos, he mantenido los más altares estándares de ética y probidad institucional. Como funcionaría pública, estoy consciente de que me debo exclusivamente al pueblo de Guatemala y a la Constitución. Como consecuencia, mi actuar estará siempre apegado a la ley y jamás responderá a interés particulares o ajenos al Derecho. El motivo por el cual no había concluido con la redacción del voto razonado aludido es por la alta carga de trabajo que, naturalmente, apareja ejercer el cargo de Presidenta de la Corte de Constitucionalidad.

En cuanto al señalamiento de haber filtrado con antelación el voto razonado disidente de marras, resulta meritorio indicar que, al momento de publicarse en la página web del diario La Hora la nota objeto de respuesta, aún me encontraba trabajando en la formulación y redacción del disenso. Nadie puede refutar que, como jueza constitucional, tengo el deber y me asiste el derecho de poder desarrollar un análisis particularizado y fundamentado de cualquier decisión que asuma la Corte de Constitucionalidad, sin estar sujeta a presiones internas y externas que me impidan ejercitar mi investidura de forma imparcial e independiente.

La democracia interna de un tribunal colegiado como el que presido, permite a sus miembros poder tomar las decisiones que estimen jurídica y constitucionalmente pertinentes, sin tener que ser objeto de presiones que menoscaben el ejercicio adecuado e independiente de la función jurisdiccional. De esa cuenta, contrario a la afirmación efectuada en el editorial relacionado, resulta materialmente imposible haber compartido un documento judicial que aún no ha sido concluido y del cual aún me encontraba expresando, de manera escrita, los razonamientos jurídicos que sustentaron mi decisión de apartarme de la decisión de la mayoría de magistrados que conocen del caso de marras. Aunado a lo anterior debo manifestar que no tengo relación alguna con el abogado mencionado ni conozco su trayectoria profesional, por lo que soy ajena a las declaraciones efectuadas por el profesional del derecho en un medio televisivo. Quiero hacer patente que en todo momento mi labor judicial la he desempeñado respetando la legalidad y la rigurosidad que debe de imperar en un tribunal de esta categoría.

Como usted ha indicado de manera pertinente en el medio de comunicación que tiene a bien dirigir, la independencia e imparcialidad judicial son valores indispensables para la consolidación de un auténtico Estado Constitucional y Democrático de Derecho y, bajo ninguna circunstancia, puede obstaculizarse su ejercicio por presiones interesadas que buscan minar los valores que inspiran la función de quienes administramos justicia. Señalamientos como los apuntados tienen el objetivo de estigmatizarme como mujer y funcionaría pública, aunado a que empañan la labor jurisdiccional como Magistrada propietaria de la Corte Constitucionalidad; así como la propia institucionalidad que debe guardar en todo momento.

Para concluir, tal y como he manifestado en diferentes foros desde que asumí el cargo de Presidenta de la Corte de Constitucionalidad, quiero hacer patente nuevamente mi compromiso constante e incondicional con la transparencia y la rendición de cuentas, que deben ser ejercicios permanentes de la función pública. Lo anterior no sería posible sino por la loable y digna labor informativa que ejercen diariamente las y los periodistas, con el ánimo de romper los viejos esquemas de mezquindad, opacidad y corrupción que por mucho tiempo han arraigado a este país; sin embargo, resulta necesario también que ese ejercicio periodístico se oriente por los principios de responsabilidad, veracidad, información, profesionalidad y objetividad para poder edificar una masa crítica cada vez más consciente de los desafíos que enfrenta el país.

Por los motivos reseñados, plenamente consciente de los valores que han encauzado mi actuar durante toda mi trayectoria profesional, y confiada en el valor supremo de la Justicia, solicito que se publique y difunda el presente texto en la edición impresa y digital del diario La Hora, estableciendo los extremos individualizados en los párrafos que preceden.

Sin otro particular, me despido deferentemente, no sin antes reiterarle las muestras de apoyo al trabajo que realiza diariamente y a los importantes esfuerzos dirigidos a salvaguardar la libertad de expresión.

Atentamente,

Dina Josefina Ochoa Escribá
Presidenta

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