POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Existen diversas historias detrás del rescate y evacuación de las personas afectadas por la erupción del Volcán de Fuego, el pasado 3 de junio. En diferentes espacios, pero en la misma tragedia estuvieron socorristas y servidores públicos. El oficial segundo de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Zetino fue uno de ellos, quien describe su empatía por la población afectada, principalmente por la niñez y los adultos mayores. Agrega que él y su equipo hicieron lo que pudieron, hasta “donde les dieron las fuerzas”.

Zetino, quien funge como jefe de la subestación de Alotenango, Sacatepéquez, explica que a la una de la tarde empezaron a evacuar a la población. Su destino de apoyo era El Porvenir, pero encontraron a varias personas en el Puente Las Lajas.

“La gente había visto bajar lava y se apostaron ahí –en el Puente–, se sabía que iba a seguir bajando lava, las personas estaban a la expectativa. Nosotros (PNC), los bomberos y un señor de la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), retiramos a la gente para evitar el peligro”, indica el oficial segundo.

Después de atender a esta población, llegaron a donde se dirigían inicialmente –El Porvenir–, donde evacuaron a otras personas, para entonces, seguía cayendo ceniza.

“Nosotros llegamos. Fuimos a ver si todavía quedaban personas, y sí había familias con niños”, indica.

De acuerdo con el Oficial, la empatía por la situación de sus conciudadanos y principalmente de la niñez y adultos mayores, les hicieron dar su mejor esfuerzo.

“Uno se pone en el lugar de las personas, somos humanos. Por la mente de uno también pasan los niños que son indefensos. En todos los hogares hay niños y la prioridad eran ellos y los ancianos. No nos importó ponernos en riesgo, tratamos de evitar –muertes– hasta donde nos dieron las fuerzas, gracias a Dios se hizo todo lo que se pudo”, reitera.

LA PEOR TRAGEDIA

De acuerdo con Zetino, debido a la emergencia, varios policías de diferentes localidades se reunieron para evacuar a la población. Él y sus compañeros regresaron cubiertos de ceniza, indica.

“Todavía caía ceniza, por eso regresamos. La intención era que no hubiera más gente en riesgo”, refiere.

El oficial tiene 30 años de servicio y durante ese tiempo ha apoyado a la población en diferentes desastres naturales, sin embargo, explica, que la erupción del Volcán de Fuego ha sido una de las situaciones más duras que ha vivido.

“He vivido tragedias grandes, el huracán Mitch, la tormenta Stan, Ágatha, trabajamos ahí y estuvimos en riesgo, pero no como en esta ocasión. Sigo sorprendido, asustado, pensamos que no íbamos a salir –con vida–, pero gracias a Dios salimos, porque hay un propósito para cada uno”, concluye.

LABOR DESTACADA

En la erupción del Volcán de Fuego, que hasta hoy ha cobrado más de cien vidas, la PNC, los cuerpos de socorro y los soldados jugaron un rol determinante para salvar vidas, evacuar a las personas y recuperar cadáveres.

La ciudadanía ha destacado la labor de los bomberos y los servidores públicos en este hecho. La opinión pública ha descrito la labor de estas personas como “heroica”, debido al riesgo al que estuvieron expuestos y al trabajo realizado.

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