Por Redacción La Hora
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El sueño de sacar adelante a sus hijos, verlos desempeñando una carrera profesional y que tuvieran una vida exitosa fue lo que motivó a Sandra a migrar hacia Estados Unidos, según relató para el sitio electrónico Soy Migrante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

«Yo era madre soltera, sin oportunidades de trabajo en Guatemala y el deseo que mis hijos fueran trabajadores profesionales y que lograran un nivel educativo más alto que yo. Esos elementos me motivaron para llegar a Los Ángeles, California», comentó.

La guatemalteca llegó a California en 1988. La situación en su país natal era «difícil para una mujer soltera y sin mayor nivel educativo», por lo que decidió separarse de su familia, de sus seis hijos y trabajar con mucho esfuerzo en el país norteamericano.

Al llegar a su destino, Sandra relata que trabajó por mucho tiempo con un estatus irregular, sin embargo, después conoció a quien ahora es su esposo y la ayudó con los trámites de su naturalización en el país. Actualmente, se desempeña como costurera en la industria textil.

A pesar de ya tener su residencia, Sandra comentó que aún le era difícil estar viajando para ver a sus hijos porque tenía que cuidar su trabajo, ya que necesitaba el dinero. «Me junté en un momento con tres hijos estudiando una carrera universitaria, lo cual requiere de mucha inversión económica. Ahora los veo cada cuatro años», indicó.

COMUNICACIÓN CON SU FAMILIA
La guatemalteca relató que las nuevas tecnologías de la comunicación han sido de gran ayuda para sentir a sus hijos más cerca. Ahora puede conectarse a Internet y por medio de varias plataformas hablar con ellos diariamente.

«En 1988 cuando llegué a Estados Unidos podía hablar con ellos dos veces al año y me hablaban por cobrar, luego me quedaba pagando en cuotas las llamadas, porque cada una oscilaba entre los USD$200 o 250», señaló.

POR SUS HIJOS, VOLVERÍA A MIGRAR
Sandra aseguró que por el bienestar de sus hijos y por darles mejores oportunidades volvería a migrar.

«Valió la pena migrar. Si se me diera nuevamente la oportunidad de migrar para sostener a mis hijos, lo volvería a hacer», expresó.

Además, lamentó que varios países no puedan generar mejores oportunidades y una vida digna para su población.

«Es una lástima que en nuestros países no se puedan generar mejores oportunidades para lograr una vida digna y el desarrollo de las familias. La población guatemalteca hace grandes aportes económicos, tanto aquí como en sus comunidades, pero es lamentable que por no contar con los permisos, no puedan tener mejores salarios», resaltó.

Sandra agregó que todas las tardes llega a un puesto de comida a tomar atol de elote y a comer una enchilada. «Esto me mantiene conectada con mi país y su gente», señaló.

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