POR CLAUDIA PALACIOS
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Guatemala está en el camino para pasar de una cultura de la impunidad a una de la legalidad, pero para ello requerirá de la acción contundente del Estado y de la participación de la sociedad civil, opina el jurista español Baltasar Garzón, quien está de visita en el país para ofrecer una conferencia sobre justicia transicional.
“Creo que en Guatemala la lucha contra la impunidad se ha percibido como una necesidad en los últimos años. Es verdad que hay fuerzas que impiden que esa progresión se concrete en mayores logros, pero en los dos últimos años, la sociedad civil, dolida con tantos años de injusticia, ha respondido “basta ya”. Sería un error de parte de la dirigencia política no percibir ese mensaje y creer que simplemente se estaba combatiendo la corrupción. La corrupción es un síntoma de la impunidad”, aseguró Garzón en entrevista con La Hora.
Para el exjuez, el esfuerzo de jueces, fiscales e investigadores en el país está dando un ejemplo al mundo y por lo mismo es normal que sean objeto de ataques por determinados sectores que propugnan la impunidad y una falsa realidad de que estamos mejor sin que se profundice en esos ámbitos. “El trabajo de esos profesionales debe ser apoyado. Es el momento de demostrar que una cultura de la legalidad es más productiva para la conformación de una sociedad que la cultura contraria”, señaló.
El exjuex explicó que la independencia de los operadores judiciales siempre va a ser atacada por aquellos a los que perjudica esa actitud.
“Ese conjunto de personas va a querer una justicia sumisa, callada, vicaria, que cumpla el objetivo, es decir, que sea discretamente ineficaz, porque si se convierte en eficaz complica esa posición de poder que tienen. Pero evidentemente esa élite no puede ser la que rija los destinos de toda una sociedad, y la sociedad tiene que reclamar su papel y lo ha hecho, pero el mensaje tiene que ser dinamizado”, dijo.
Para fortalecer la independencia judicial no solo hay que procurarla hacia afuera, explicó Garzón, sino también a lo interno del propio Poder Judicial, “donde quienes están en una posición de control pueden ejercer y pueden atacar a esa independencia”.
“Eso implica mecanismos claros y transparentes y participativos en la selección de jueces y magistrados, una profesionalización de la justicia, una valorización de los méritos reales, contrastada. Ese fortalecimiento científico de la justicia y esa sensibilidad participativa de la sociedad es la que va a dar un resultado mucho más positivo que el que hoy podamos tener”, señaló el jurista.
