Por Regina Pérez
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Recientemente un video que circuló en redes sociales en donde se observa a soldados golpeando brutalmente a dos jóvenes provocó reacciones encontradas entre los internautas guatemaltecos. La mayoría de usuarios apoyó las acciones de los elementos del ejército mientras que unos pocos condenaron el hecho. El video se viralizó en Internet tras su difusión en la red social Facebook.

Las reacciones de una gran mayoría de usuarios manifestando su apoyo al actuar de los elementos del ejército no sorprenden al psicólogo Marcelo Colussi, quien señala que no es justificable pero sí comprensible, ya que se trata de un “producto de la historia” de Guatemala y una “pedagogía del terror y violencia” que ha vivido el país por años y que se sigue viviendo.

En principio, Colussi señala que gran parte de la ciudadanía no ve con malos ojos que elementos del ejército patrullen las calles junto a agentes de la PNC, pese a que es inconstitucional; incluso hay lugares en donde la misma población ha pedido bases militares para sentirse más “segura”.

El hecho de que propuestas de “mano dura” o pena de muerte tienen aceptación en los guatemaltecos tienen una raíz histórica, explica; Guatemala ha vivido desde siempre una situación de violencia estructural que tiene como resultado que sea uno de los países más injustos del mundo.

El experto cita ejemplos de esta violencia en la historia guatemalteca desde la colonia, como el “señor feudal”, dueño de las fincas, totalmente inamovible que tenía “derecho de primera noche” con las muchachas casementeras y que incluso en algunas fincas del país aún existe, o que por ejemplo en el año 1944 aún se vendían las latifundios con todo “lo clavado y plantado” y los “indios” que vivían en la propiedad.

Estos hechos son los que van jalonando esta historia de violencia que han hecho del país una olla de presión, lo que dio como resultado un conflicto armado que azotó Guatemala por 36 años y que fue el más violento de toda Latinoamérica, con 250 mil muertos y 45 mil desaparecidos, hechos de los cuales no se ha responsabilizado a nadie, agregó Colussi.

Herencia de todo eso y del conflicto sangriento que no tuvo responsables, a excepción de cuadros menores, se ven actos como los linchamientos como algo “normal”, indicó el entrevistado.

Según Colussi, la población responde con “lo que tiene a mano” y lo que tiene es la historia de violencia. Si el que mató a más de mil ixiles sale libre, burlándose de la condena, es obvio que el mensaje que circula en la sociedad es que uno puede hacer lo que quiera y que se puede hacer cualquier ilícito, anotó.

En vez de que los soldados vayan presos y el Ejército “pida perdón” por los hechos en que se vieron incriminados sus elementos, la sociedad justifica estos hechos, “no es justificable pero es comprensible”, dijo.

Colussi considera que este caso se trata de una demostración de la cultura de violencia que está presente en toda la sociedad. Es producto de una historia, de una pedagogía del terror y violencia que se ha vivido por años y se sigue viviendo, anotó.

LA JUSTIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA
Por su parte el psicólogo Marco Antonio Garavito, de la Liga de Higiene Mental, señaló que las reacciones de apoyo a la paliza de los soldados a los jóvenes se deriva de la sociedad violenta en que se vive; estamos en una actitud de desesperación para que el Estado haga algo con la delincuencia por lo que la gente ve estas acciones como algo positivo, anota.

Según Garavito, esto tiene un matiz peligroso y es que bajo esa premisa volvemos al pasado del conflicto armado, cuando a alguien le metían un tiro en la cabeza por ser un supuesto “comunista” y no pasaba nada.

Es la construcción de las justificaciones sociales, cuando uno justifica la violencia bajo la razón que sea, la violencia crece, indicó.

Se niega que hubo arbitrariedades de las fuerzas armadas en el pasado y se ven estos hechos a plena luz del día y bajo filmación, imagínese lo que ocurría antes cuando capturaban a un ciudadano y lo llevaban a una cárcel clandestina o a un cuartel y el ejército decía “aquí no pasó nada”, cuestionó.

Para Garavito, el debate que ha generado la difusión del video, es un llamado a la ciudadanía para que no se sigan construyendo justificaciones de la violencia porque entonces esta crece y puede resultar muy peligroso.

Creo que muchas de las personas que opinan son jóvenes que no vivieron los hechos del pasado, entonces no tienen un referente, la culpa es de la sociedad y del Estado porque no hemos sido capaces de trabajar la memoria histórica para que estas cosas (hechos del pasado) no vuelvan a suceder, puntualizó.


LOS HECHOS

El pasado 31 de julio se difundió en las redes sociales un video en que se veía a elementos del ejército golpeando salvajemente a dos jóvenes. Días después se dio a conocer que los hechos ocurrieron en el municipio de Yepocapa, Chimaltenango, el 26 de julio. Se desconoce qué tipo de delitos cometieron los jóvenes para provocar la acción violenta de los soldados, quienes fueron capturados el pasado 6 de agosto y puestos a disposición de la justicia.

“…Cuando uno justifica la violencia bajo la razón que sea, la violencia crece”. Marco Antonio Garavito, psicólogo de la Liga de Higiene Mental

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