PAOLINA ALBANI
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El mecanismo de extorsión, según lo dijo la víctima, consistía en que uno de los acusados se subía al bus como civil, momento que aprovechaba para dejar en el interior del vehículo un celular para luego comunicarse con el piloto del bus.

En la llamada, los supuestos extorsionistas indicaban a los pilotos a nombre de quién debían realizar el depósito monetario, además de darles el número de cuenta y la fecha en la que mejor les convenía que se efectuara el depósito.

Según la narración, el “negociador” habría realizado diferentes depósitos a nombre de William Barahona y también habría depositado a nombre de dos mujeres en al menos tres bancos del sistema. La cantidad depositada cada vez era de cinco mil quetzales.

En la sala de audiencias de la Torre de Tribunales fue visible el alboroto que esto causó a las 20 mujeres acusadas de participar en los hechos, las cuales podrían pertenecer a la Mara Salvatrucha.

Por otro lado, se conoció que las extorsiones empezaron a pagarse desde el 2009 y “no han dejado de pagarse aún hoy”, según lo aclaró la víctima, mientras que indicaba al tribunal que la extorsión siempre fue pagada por sus compañeros de trabajo y no por el dueño de la empresa quien desatendió la problemática.

TEMOR
Los acusados también habrían aplicado una estrategia para infundir temor en sus víctimas, puesto que se encargaban de realizar varias llamadas al testigo para decirle que lo tenían vigilado, como prueba de ello, los extorsionistas les detallaban cómo iba vestido y con quién iba acompañado al momento de contestar el celular.

A causa de la situación de terror, el expiloto explicó que renunció a su empleo hace 8 o 10 meses.

ANTECEDENTES
De acuerdo al Ministerio Público (MP), de 2010 a 2012 los integrantes de la supuesta pandilla habrían protagonizado hechos de terror en diferentes zonas de la capital, Villa Nueva y Chimaltenango.

Hoy día, los 95 pandilleros enfrentan la justicia por los delitos de sicariato, extorsión y amenazas de muerte.

En semanas anteriores, el Tribunal B, integrado por la jueza Irma Jeannette Valdés Sara Yoc Yoc y María Eugenia Castellanos, retomó el juicio público y oral luego de que las pasadas audiencias fueran interrumpidas por la inasistencia de algunos de los acusados quienes rehusaban asistir escondiéndose en sus celdas y por problemas técnicos multimedia.

Se conoció que las extorsiones empezaron a pagarse desde el 2009 y “no han dejado de pagarse aún hoy”, según lo aclaró la víctima, mientras que indicaba al tribunal que la extorsión siempre fue pagada por sus compañeros de trabajo y no por el dueño de la empresa quien desatendió la problemática.

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