El Gobierno pasado destinó para la lucha contra la desnutrición Q6 mil 405 millones en los cuatro años, sin que esto se haya visto reflejado en la reducción de índices, como fue una de las promesas del presidente Alejandro Giammattei cuando asumió el cargo.
De acuerdo con datos del Sistema de Contabilidad Integrada gubernamental (SICOIN) en dicho cuatrienio de la pasada administración, la mayor parte de recursos fueron ejecutados por el Ministerio de Salud cuyo gasto rebasó los Q3 mil 425 millones, en el programa 14, Prevención de la mortalidad de la niñez y de la desnutrición crónica.
Este programa incluye diversos renglones presupuestarios donde se registran los gastos en favor de la niñez de 1 a 5 años. Entre estos, servicios de vacunación, monitoreo del crecimiento, dotación de micronutrientes para los menores de 5 años y mujeres en edad fértil, vigilancia del agua y atención por enfermedades respiratorias y diarreicas a menores de 5 años.
También incluye el gasto por servicios de vigilancia del desarrollo infantil, para el diagnóstico y tratamiento de la desnutrición aguda y por la compra de alimentos de 6 a 24 meses de nacidos.
Cabe mencionar que de estos renglones, los que más consumieron recursos fueron: la vacunación de menores de cinco años y los servicios de apoyo, es decir, todos los gastos destinados para el funcionamiento del programa, como materiales, suministros, medicinas y sueldos, entre otros.
PRIORIDAD
Al inicio de su mandato, Giammattei había ofrecido luchar contra la desnutrición. En su discurso de toma de posesión calificó a esta como «el gran fracaso de nuestro país», al mismo tiempo de afirmar que el combate a esta sería el principal enfoque en su gobierno.
Sin embargo, los números del Sicoin indican que en los cuatro años el Gobierno le restó recursos a estos programas. El presupuesto asignado al sumar los cuatro años da un resultado de Q4 mil 302 millones, pero la ejecución en Salud llegó Q3 mil 425 millones, es decir, en el gobierno pasado se le restaron Q877 millones.
Programa, Prevención de la mortalidad en la niñez y de la desnutrición crónica:
Año | Presupuesto asignado | Recorte | Presupuesto ejecutado |
2,020 | 789,843,499.40 |
46,288,799.00 |
743,554,700.40 |
2,021 | 964,612,364.42 |
137,192,457.00 |
827,419,907.42 |
2,022 | 1,231,832,082.67 |
297,994,277.00 |
933,837,805.67 |
2,023 | 1,316,007,692.34 |
395,549,939.00 |
920,457,753.34 |
Fuente: SICOIN |
Según los objetivos planteados en los proyectos de presupuesto elaborados por el Ministerio de Finanzas Públicas, el gobierno se había planteado la meta de reducir la desnutrición crónica, para 2024, en 13.23 puntos porcentuales y pasar la prevalencia, de 46.5% en 2015 a 33.27%.
Pero el informe, Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2023 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reveló en noviembre del año pasado que la prevalencia de este tipo de desnutrición todavía se sitúa en el país en 43.5 por ciento, es decir que 1 de cada 2 menores de 5 años padecen este mal.
Estos números ubican a Guatemala en primer lugar de la desnutrición infantil en América Latina y sexto en el mundo.
La más reciente medición oficial en Guatemala efectuada en 2015 apuntaba a que 47% de los menores de 5 años en todo el país sufrían de desnutrición crónica, entendida como la deficiencia de peso y talla respecto a la edad.
Los departamentos más afectados son Totonicapán, con el 68%; Quiché, 69%; Huehuetenango, 68%; y Sololá, 66%. En menor escala, pero arriba del promedio nacional están, Chiquimula, 56%, San Marcos, 55%; y Jalapa, 54%.
Además, los casos de desnutrición aguda continúan en alza. Este año, la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) detalla que en la semana epidemiológica nueve, se han registrado 4 mil 362 casos de desnutrición aguda en el país, un incremento 528 en relación con la misma semana de 2023, cuando se reportaron 3 mil 834, es decir el 13.8 por ciento.
EN OTROS MINISTERIOS
Además de Salud, la administración de Giammattei también registró gasto para la lucha contra la desnutrición en otros dos ministerios y secretarías.
El Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) dedicó parte del programa 21 de transferencias monetarias condicionadas en salud y educación para la prevención de la desnutrición crónica. En cuatro años esta cartera ejecutó Q733 millones 113 mil, según datos del SICOIN.
Por aparte, el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) también gastó recursos del programa 11, acceso y disponibilidad alimentaria, para combatir la desnutrición crónica.
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En los años 2020 y 2021 ejecutó Q765.8 millones en el renglón de apoyo a la agricultura familia, mientras que en el 2022 y 2023 ejecutó Q1 mil 284 millones en el programa de acceso a alimentos.
Finalmente, la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN) también ejecutó recursos para la coordinación de las instituciones relacionadas a la lucha contra la desnutrición. En cuatro años, según el SICOIN, ejecutó Q197.3 millones.
HAY RETROCESOS
En opinión de Iván Aguilar, gerente humanitario para Centroamérica de Oxfam Internacional, “lamentablemente” con la administración de Alejandro Giammattei “sobran las evidencias del desafortunado manejo que tuvieron los fondos en diversidad de instituciones”, y los destinados para la reducción de la desnutrición crónica, asevera, “corrieron la misma suerte”.
“Vemos hospitales que no se construyeron, remozamientos de centros de Salud que se convirtieron en focos de corrupción, medicamentos y equipamiento de hospitales sobrevalorados. Esta corrupción desmedida hace imposible pensar que los recursos gastados hayan tenido algún impacto positivo en la reducción de la desnutrición”, apuntó.
En tendencia:
Aguilar dijo que la organización para la que trabaja hizo mediciones sobre la desnutrición en algunas poblaciones y constataron que esta, incluso, había aumentado en su manifestación crónica y aguda.
Añadió que diferentes mediciones internacionales también han alertado de que cada año entre 3.5 millones y 4.5 millones de personas en Guatemala tienen dificultades para acceder a alimentos lo que inevitablemente redunda en el aumento de la desnutrición.
SANEAMIENTO
A consideración de Aguilar las actuales autoridades de gobierno deben empezar por sanear las instituciones encargadas de implementar acciones para combatir la desnutrición, cuyo deterioro se ha acentuado desde el gobierno de Otto Pérez Molina.
Explicó que en estas instituciones se han entrometido estructuras corruptas y clientelares que hacen inoperantes los planes diseñados para luchar contra la desnutrición.
“El problema es que no ha habido voluntad política para poner en marcha los planes. A veces se destinan fondos, pero con el fin de ponerlos a disposición de estas estructuras corruptas”, señaló.