Mientras las autoridades del nuevo gobierno terminan de asentarse para comenzar a implementar sus planes contra la desnutrición, los casos de esta siguen incrementando en su manifestación aguda.
Un reporte de la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) detalla que en la semana epidemiológica nueve, se han registrado 4 mil 362 casos de desnutrición aguda en el país, un incremento 528 en relación con la misma semana de 2023, cuando se reportaron 3 mil 834, es decir el 13.8 por ciento.
El número también es superior a la misma semana de 2022, cuando fue de 3 mil 378. Aunque ligeramente inferior al de 2021, cuando se reportaron 4 mil 636 casos.
La mayoría de los menores reportados con el padecimiento tiene entre 12 y 24 meses, el 61 por ciento, mientras que los de 6 a 12 meses representan el 19.7 por ciento, detalla el informe de Epidemiología, que también da a conocer los lugares en lo cuales se han presentado más casos:
Departamento |
Casos |
| Guatemala | 821 |
| Escuintla | 525 |
| Petén | 368 |
| Alta Verapaz | 311 |
| Retalhuleu | 288 |
| Suchitepéquez | 210 |
| San Marcos | 198 |
| Quetzaltenango | 184 |
| Sacatepéquez | 177 |
| Huehuetenango | 176 |
| Izabal | 172 |
De estos, el reporte identifica a Petén, específicamente el área suroriente, así como a Escuintla y Retalhuleu, como los departamentos con mayor riesgo de desnutrición aguda severa, ya que muestran las tasas de incidencia más alta del país.
Este tipo de desnutrición es la que puede poner en peligro la vida de los menores, aunque este año todavía no se reportan fallecimientos por este padecimiento. En 2023, hubo 54 decesos. Los primeros se reportaron en la primera quincena de abril.
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SE ACERCA HAMBRE ESTACIONAL
Los números causan preocupación debido a que se aproxima la época de hambre estacional, que normalmente inicia en abril, cuando a las familias campesinas comienzan a agotárseles los alimentos que guardaron de la cosecha del año anterior, y termina hasta que se levanta la primera cosecha, entre agosto y septiembre.
La Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases (CIF, en inglés), un análisis preparado periódicamente por agencias internacionales a nivel mundial, calculaba que para febrero, 3.1 millones de guatemaltecos tendrían dificultades para llevar un plato de comida a su mesa, de estos 2.8 millones estarían en crisis alimentaria y 323 mil en emergencia.
Quienes enfrentan crisis alimentaria, según el CIF, tienen brechas de consumo de alimentos que derivan en desnutrición aguda alta o peor de lo usual, son capaces de satisfacer sus necesidades alimentarias, pero solo mediante agotar activos esenciales de medios de vida.
Los que viven en emergencia muestran índices de desnutrición aguda muy alta y suele haber exceso de mortalidad, y son capaces de mitigar su necesidad de consumo de alimentos solo mediante estrategias de afrontamiento y liquidación de activos.
Durante los meses de hambre estacional, el gobierno suele entregar asistencia alimentaria a las familias. La situación empeora cuando hay emergencias climáticas, y más cuando hay sequías. Este año, según los pronósticos, el país podría estar influenciado por el fenómeno El Niño, lo que se traduciría en menos lluvias o una canícula más extensa de lo normal.
PERSPECTIVAS
El representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Mario Lubetkin, conversó con La Hora acerca de las perspectivas alimentarias para este año y el apoyo que la organización está dispuesta a dar al Gobierno de Guatemala.
Dijo que, aunque el informe de 2023 sobre seguridad alimentaria marcaba un escenario muy grave con 43 millones de personas con hambre en Latinoamérica en 2022, hubo una disminución en relación con el 2021.
No obstante, la recuperación estuvo influenciada por América del Sur. En Centroamérica no hubo variación y en el Caribe la cantidad de personas con hambre aumentó.
En relación con la posibilidad de que El Niño impacte al país, expuso que es “importante” preparar a los productores “más allá de los fenómenos naturales” y hallar la forma de que, después de que estos pasen, se pueda garantizar la capacidad de restablecer la producción.
Lubetkin remarcó que es necesario respaldar a los agricultores, no solo para aumentar la producción, sino para que no caigan en pobreza. “Las familias agriculturas están en la línea entre la capacidad productiva y la pobreza. Por eso es imperativo que las respaldemos”, añadió.
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APOYO
El representante de FAO se reunió con autoridades de gobierno para ofrecer apoyo en algunas áreas y conocer las necesidades que plantea el Gobierno de Guatemala.
Dijo que las autoridades han mostrado interés en que se puedan implementar programas de irrigación en el país, sobre todo en áreas afectadas por la irregularidad de la lluvia y en donde la falta de estas puede afectar los cultivos y, en consecuencia, la disponibilidad de alimentos.
No obstante, Lubetkin reconoció que los cuatro años que dura un gobierno es muy poco tiempo para tratar de resolver problemas que se han acentuado a lo largo de décadas, pero remarcó que “hay que actuar”.
Precisó que a seguridad alimentaria no se trata solo de producción agrícola, sino de transformar el sistema agroalimentario, que empieza desde la disponibilidad de semillas y tierras hasta la comercialización de los productos, líneas de crédito, aspectos ambientales, comercio exterior, salud y educación.
Remarcó la importancia en que la actual administración no empiece desde cero, sino tome experiencias que han sido exitosas, en Guatemala y en otros países.
“Tenemos la posibilidad de apoyar mucho. Esa es la sensación, y siento que tenemos un mismo lenguaje. Podemos respaldarnos sobre la experiencia que hemos vivido y tenido”, subrayó.
