Durante la pandemia fueron registrados casos de desnutrición materna en el país. Foto: La Hora/SESAN

La salud integral de las mujeres embarazadas es un elemento clave para el desarrollo de sus hijos previo a nacer. Según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), el estado nutricional de la madre en gestación influye en el peso del recién nacido, pero la pandemia por COVID-19 ha repercutido en la nutrición de la gestante y en el neonato.

La encargada del Programa Mamá Canguro, de la cartera de Salud, Elizabeth Santiago, indicó recientemente que, la nutrición de la madre va de la mano con la salud de los recién nacidos, siendo determinante crítico para la salud del individuo en su adultez.

La mal nutrición incrementa la morbimortalidad en las poblaciones, disminuye la capacidad productiva, la calidad de vida y aumenta los costos sociales, según el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

LAS CIFRAS

El MSPAS indicó que en 2019 se contabilizó que el 16.4% (13,894) de los 84,722 recién nacidos registraba bajo peso. Mientras que, en 2020, según cifras oficiales, se registraron 18,269 niños que nacieron con bajo peso en el país.
En este contexto, la encargada del programa Madre Canguro indicó que se prevé que para el 2021 se observe un incremento en casos de recién nacidos con bajo peso a consecuencia de la pandemia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, se reportaron 2.4 millones de muertes neonatales a nivel mundial, las causas principales fueron complicaciones por prematurez y bajo peso al nacer.

A esto se suma la Desnutrición aguda en menores de 5 años, que hasta la semana 36 del 2021, ya suma 21,760 casos. Según se detalla en el informe de Salud, existe un incremento de 11% en el porcentaje de casos reportados con respecto al mismo período del año anterior. Además, se registran 29 decesos por esta causa a nivel nacional.

 

Cabe destacar que, la mayor proporción de casos de acuerdo al grupo etario se presenta en niños de 6 meses a menores de 2 años, principalmente en el grupo de 12 a 24 meses.

IMPACTO DE LA PANDEMIA EN LA ALIMENTACIÓN

A las precariedades que ya enfrentaba la población, en marzo de 2020 se sumó la pandemia por COVID-19. “Cuando el coronavirus llegó a Guatemala, impactó muy fuerte en la seguridad alimentaria debido a que faltan los medios de vida: el empleo, no había ni formal ni informal, y la baja en las remesas que las familias reciben de parientes en el exterior. Entonces hay menos alimentos en el hogar”, explicó María Claudia Santizo, especialista en nutrición de El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La desnutrición fue uno de los problemas que se han presentado en el país. La Hora/Christian Gutiérrez

ÍNDICE DE HAMBRE MUNDIAL

Según el Índice De Hambre Mundial (GHI por sus siglas en inglés) en su informe del 2020 señala, “hay una enorme montaña que debe escalarse para alcanzar en 2030 la meta del Hambre Cero, una montaña que se ha hecho mucho más empinada en 2020”.

Incluso antes del impacto del COVID-19, el progreso mundial en la reducción del hambre ya era demasiado lento para alcanzar este objetivo. Basado en los datos recientes, el GHI 2020 nos muestra que será poco probable que 37 países ni siquiera alcancen una situación de hambre baja en 2030, Guatemala incluida en ellas.

 

“Aunque el GHI todavía no refleja los efectos de la COVID-19, muestra que la situación ya es preocupante en muchos contextos y es probable que empeore en los próximos años” señala el informe.

De acuerdo con la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), se estima que para enero del 2022, 2.5 millones de personas en GT se encontrarán en el renglón de “en crisis o emergencia de inseguridad alimentaria aguda”.

OXFAM: COVID-19 INCIDE EN INCREMENTO DE POBREZA EXTREMA

Recientemente, la organización Oxfam Guatemala publicó el documento: “Los rostros del hambre en Centroamérica” el cual presenta un panorama sobre la seguridad alimentaria y nutricional del Corredor Seco Centroamericano que incluye a Guatemala, considerando el período de hambre estacional, la pandemia del Covid-19 y otros fenómenos que han empobrecido aún más a las familias de la región.

 

El informe señala que a estas múltiples amenazas se suma el impacto de medidas para reducir los contagios por el virus, en Guatemala, El Salvador y Honduras, “se establecieron fuertes medidas de restricción de movilidad desde el mes de marzo de 2020, que impactaron negativamente sobre la gente que depende de sus ingresos diarios para comer y satisfacer otras necesidades. Estas personas son la mayoría de la población del Corredor Seco”.

“Se prevé que el desempleo hará más pobres a las familias del Corredor Seco. En Guatemala, los niveles de pobreza extrema podrían aumentar de 19.8% a 22.7%”, resalta Oxfam, organización que observa indiferencia en los gobiernos de la región para plantear políticas de cambio.

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