ARCHIVO - En esta foto del 13 de mayo del 2021, visitantes caminan sin mascarillas en el muelle de Santa Monica, California. Foto: La Hora/AP

Por María España
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El pasado jueves 13 de mayo, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) anunció cambios en las políticas de bioseguridad, estableciendo que no se exija el uso de mascarillas o distanciamiento social a las personas que ya han sido vacunadas contra el Covid-19, permitiendo así el regreso a la “normalidad” para Estados Unidos.

De acuerdo con el artículo de The Washington Post (WAPO), esto es una aceleración significativa a lo propuesto por el presidente Joe Biden, quien indicó a principios de mes que “esperaba que el país regresara a la normalidad el 4 de julio”, esperando que al menos el 70 por ciento de la población adulta del país tenga acceso a la vacuna.

No obstante, el cambio de política tomó por sorpresa a altos funcionarios de la Casa Blanca, funcionarios electos y líderes empresariales, y llevó a algunos médicos a criticar la medida como “prematura”. Incluso algunos gobernadores demócratas expresaron su enojo, argumentando que la medida efectivamente pasó la “pelota” a los estados y empresas para “implementar las nuevas reglas sin ninguna ayuda”.

Al momento, aproximadamente el 36 por ciento de los estadounidenses están completamente vacunados. Además, los funcionarios de la administración señalaron al WAPO que todavía hay un promedio de aproximadamente 35 mil nuevos casos de Covid-19 y más de 600 muertes por día.


ANUNCIO DUDOSO

Para el anuncio de la política, el presidente Biden apareció sin mascarilla junto a la vicepresidenta Kamala Harris. “Reconstruiremos nuestra economía, recuperaremos nuestras vidas y volveremos a la normalidad. Nos reíremos de nuevo. Conoceremos la alegría de nuevo. Sonreíremos de nuevo, y ahora, veremos la sonrisa del otro”, dijo.

A pesar de que varios expertos enfatizaron que la nueva guía es respaldada por un “creciente cuerpo de evidencia científica”, la oposición de Biden señaló que el mandatario se benefició de dicho anuncio durante una semana difícil, refiriendo que los ciudadanos hicieron colas en la línea de gas, el conflicto que propicia Israel, y la agitación de mercados.

No obstante, la Casa Blanca negó cualquier injerencia en la decisión, y aseguró que se ha implementado una política de no intervención de la Casa Blanca hacia la CDC a fin de “restaurar la confianza pública”, luego de que la administración de Donald Trump interfiriera.

Para el anuncio de la política, el presidente Biden apareció sin mascarilla junto a la vicepresidenta Kamala Harris. Foto La Hora/AP/Evan Vucci.

“Como lo han hecho durante la administración de Biden, los CDC operan y toman decisiones basadas en la ciencia y los datos, libres de influencia política. Eso es lo que hicieron en este caso y eso es lo que creemos que deberían seguir haciendo”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Chris Meagher, por medio de un comunicado.

Según lo relatado en el artículo, la decisión del cambio de políticas se dio a conocer a la Casa Blanca durante el miércoles 12 de mayo por la noche. Esto causó frustración en altos funcionarios por la forma en que fueron informados. Incluso el propio Biden no fue informado hasta el jueves por la mañana, dijeron las autoridades.

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