Las remodelaciones que autorizó la junta directiva a cargo de Shirley Rivera en diferentes espacios del Congreso de la República provocaron comentarios negativos por no contar con los permisos y tratarse de Patrimonio Cultural e impulsarse en tiempos previo a iniciar las elecciones generales. Los trabajos fueron en la casa de la Cultura o Centro Cultural y Biblioteca Legislativa y en el Salón Pasos Perdidos.
Respecto a los trabajos en la Casa de la Cultura iniciaron el año pasado, por daños que provocó la lluvia, y fueron supervisados por el Ministerio de Cultura y Deportes, según la página del Congreso.
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El presidente de la comisión legislativa de Transparencia y Probidad, Rodrigo Pellecer, comentó que una comisión del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala (IDAEH) realizó una supervisión, la cual no se hizo cuando correspondía, porque por los trabajos no los dejaron ingresar.
«Hoy vienen a ver que ninguno de los trabajos que se hicieron tienen licencia de parte de la Municipalidad de Guatemala, ni autorización del IDAEH. Se presentaron proyectos de mejoras en Casa de la Cultura, pero todos los trabajos no están acordes a eso, y aun el proyecto que presentaron no tenía licencias, por lo que no estaban autorizados a realizar ningún trabajo», explicó Pellecer.
El congresista agregó que el costo de la reparación fue de Q462 mil, que ya fueron cancelados, pero que se investigará porque no hay copias de las facturas pagadas y solicitó información a la Dirección General sobre ese proyecto.
Pellecer indicó que el mismo personal del IDAEH reconoció que hay irregularidades, por lo que investigan dentro de esa institución por qué se autorizó una prórroga sin haber tenido las licencias, ni las inspecciones.
La Casa de la Cultura pasó a cargo del Congreso como anexo al Palacio de la Asamblea Legislativa luego de que fue restaurada por el Instituto de Antropología e Historia y fue sede del Museo Nacional de Artes, Artesanías e Industrias Populares.
¿SIN PERMISO?
En el primer año de la gestión de Rivera se aprobó la normativa para «conmemorar el día de la vida y la familia» cada 9 de marzo, que casualmente es el cumpleaños de Alejandro Giammattei, por lo que la expresidenta colocó tres placas con su nombre para «renombrar» uno de los salones del Congreso y un «monumento» cerca de la Presidencia.
Varios diputados han cuestionado si se cuenta con los permisos del IDAEH para colgar dichas plaquetas en el Edificio del Legislativo y comentaron que puede haber ilegalidades por daños al patrimonio cultural y cabe la presentación de un antejuicio a la directiva que autorizó esos trabajos.
«Se deben cuidar los espacios que son patrimonio para que no se vuelva una costumbre colocar placas», indicó un legislador que pidió no citarlo por temor a represalias.
Sobre ese tema, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Organismo Legislativo (STOL) solicitó en febrero pasado a la junta directiva actual el retiro de esas placas, como también dejar sin efecto el cambio de nombre del Salón Pasos Perdidos y no «provida» como lo hizo Rivera.
Asimismo, piden que por la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural se haga un realce a la conmemoración del Día del patrimonio cultural que es el 26 de febrero.
El sindicato resaltó que para la protección de los bienes culturales protegidos no podrán ser objeto de alteración alguna, salvo en el caso de intervención debidamente autorizada por la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural, y de la Municipalidad bajo su jurisdicción.
Se consultó a las actuales autoridades del Congreso de la República si se cuenta con los permisos y licencias, pero respondieron que se solicitaron al IDAEH.
Rivera, por otro lado, respondió que sí se contó con los permisos y que no podrían ser retirados, ni el mundo ni las placas con su nombre, porque son patrimonio cultural.
Esta semana, el diputado Samuel Pérez denunció a su rival Allan Rodríguez por la remodelación en oficinas de la Presidencia del Congreso.
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